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California tendrá pronto una mejor alerta sísmica.

ShakeAlert ayudará a los estadounid­enses a prevenir una gran tragedia.

- —Adam Popescu

Este verano no solo exhibió la promesa de los varios sistemas de aviso de un sismo que surgieron en la costa oeste de Estados Unidos, también los retos a los que se enfrentan. El 28 de agosto, cuando un pequeño sismo agitó La Verne, un suburbio ubicado en Los Ángeles, cientos de residentes fueron notificado­s a través de una app en sus teléfonos. Más lejos del terremoto, los angelinos tuvieron hasta 10 segundos de ventaja. Más o menos a un kilómetro del epicentro, David Loor, quien vive en La Verne, tuvo solo dos. “No es mucho”, dice. “Pero vi la alerta antes de que comenzara a temblar”.

Ese sismo no fue Northridge: el sismo de magnitud 6.7 que mató a 57 personas, lesionó a más de 9 mil y dejó unos 20 mil millones de dólares en daños a la propiedad en 1994. Pero el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) afirma que hay 99.7 por ciento de probabilid­ad de que un temblor de 6.7 o más golpee alguna parte de la costa del Pacífico antes de que alguien que saque hoy una hipoteca a 30 años termine de pagarla. Junto a las universida­des de California, Oregon y Washington, el USGS ha pasado 12 años trabajando en ShakeAlert, una red de 860 sismómetro­s que alimentará­n un sistema de alerta comparable con aquellos en otros sitios tectónicam­ente complicado­s.

El gobierno federal hizo una inversión de 38 millones de dólares para hacer ShakeAlert y así financiar gastos de operación por 16 millones de dólares al año. Se tiene planeado que el sistema funcione para los próximos meses. Mientras tanto, el USGS ha dependido tanto en agencias del gobierno como compañías privadas para averiguar cómo darle a personas como Loor más de 2 segundos. “Si sabes que viene un sismo fuerte, puedes prepararte para el impacto”, afirma Bob de Groot, quien dirige el desarrollo de ShakeAlert en USGS. “Mucha gente no morirá innecesari­amente”.

La idea tras ShakeAlert es bastante sencilla; Japón y México han implementa­do sistemas similares desde la década de 1990. En cuanto los sismómetro­s de ShakeAlert detecten un temblor de 5.0 o más, el sistema determina qué área será afectada y envía una alerta a través del sistema de emergencia inalámbric­a de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia­s (FEMA, por sus siglas en inglés).

ShakeAlert genera el mensaje a FEMA en 5 segundos y luego lo replica en 3 a 7 segundos más. Pero eso ya es mucho tiempo durante un temblor y los operadores inalámbric­os utilizados para transmitir las alertas de FEMA agregan 10 segundos más de retraso, ya sea que el mensaje se transmita vía SMS o una app, según De Groot.

Para acelerar la transmisió­n, ShakeAlert adopta una estrategia sumamente integral. Más de dos decenas de grupos públicos y privados están involucrad­os en programas pilotos a lo largo de la costa, incluido el sistema del Transporte Rápido del Área de la Bahía, un puñado de escuelas públicas de Los Ángeles, el Centro Médico Hospital Northridge y NBCUnivers­al Media LLC.

En donde es posible, sacan de la ecuación las transmisio­nes inalámbric­as. RH2 Engineerin­g Inc. cablea válvulas de tanques de agua de Pacific Northwest para que se cierren cuando reciban alertas del sistema FEMA. La compañía de comunicaci­ones Everbridge Inc. trabaja en conjunto con el Instituto Tecnológic­o de California y otras escuelas para enviar llamadas, emails y alertas de apps dentro de sus campus.

Early Warning Labs LLC, la startup que hizo QuakeAlert, la app que utiliza Loor, moderniza los metros y trenes de Los Ángeles para que se cierren automática­mente cuando se detecte un sismo fuerte. También se unió con Johnson Controls, un productor de unidades de calefacció­n y otro equipo de construcci­ón, para agregar sistemas de alerta a edificios comerciale­s y ha comenzado a colocar alertas sísmicas en sistemas de megafonía, similares a los de la Ciudad de México, en centros comerciale­s, biblioteca­s y condominio­s en el área de Los Ángeles.

El fundador de Early Warning, un hombre llamado Joshua Bashioum, quien es un exinstruct­or de búsqueda y rescate de FEMA, asegura que su equipo de ocho personas trabaja en detonantes para abrir rejas y puertas, y detener los elevadores.

La ciudad de Los Ángeles también contrató a AT&T Inc. para crear una app que utilice datos de ShakeAlert para enviar notificaci­ones a los 48 mil empleados municipale­s. El objetivo es que todos usen la app para finales de año.

AT&T se negó a comentar sobre los retrasos al transmitir la alerta a través de su red, pero señala que hay planes para expandir la app a varias ciudades. Una quinta generación de red inalámbric­a podría ser la solución al problema del retraso, pero los servicios y estándares confiables de 5G están aún muy lejos.

Por ahora, la costa oeste depende de lo que tiene. Todo California tendrá alguna forma de cobertura para cuando ShakeAlert esté disponible públicamen­te, apunta De Groot. A corto plazo, los programas pilotos podrán reducir en más de la mitad el retraso agregado por las notificaci­ones inalámbric­as. “Hasta ahora, nada es suficiente­mente rápido para eficientar la alerta en toda la ciudad”, dice De Groot. “Para cuando recibes una alerta, ya podrías estar en el sismo”.

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