La Alhóndiga de Granaditas
La construcción de esta fortaleza, que el pueblo llamaba Castillo, costó cerca de 200,000 pesos de la época. La mandó a construir en 1798 el intendente de Guanajuato Don Juan Antonio Riaño. Allí se refugiaron, como ya dijimos, cerca de 500 familias de las más acaudaladas de Guanajuato. “Puede regularse de la suma que allí se reunió en barras de plata, dinero en monedas de oro, azogue de la real hacienda y objetos valiosos no bajaba de 3 millones de pesos”. Como lo dijimos anteriormente, Don Miguel Hidalgo, amigo personal del intendente (las intendencias las copió España de Francia y luego las trasladó a la Nueva España), le envió una larga carta a Don Antonio Riaño invitándolo a rendirse y a lo cual éste se negó rotundamente. Defendían la Alhóndiga 600 hombres, y 300 eran del batallón provincial. Hidalgo estaba decidido. Se tomaría a sangre y fuego si fuera necesario. Durante varias horas se prolongó el asedio, hasta que un modesto minero de nombre Juan José de los Reyes Martínez Amaro (otros dicen que se llamaba Mariano) se colocó una losa sobre la espalda y avanzo con una tea de ocote encendida en la mano hasta la puerta principal, prendiéndole fuego inmediatamente. Así pasó a la historia este modesto operario de 20 años de edad, de la mina de mellado. La avalancha de los insurgentes fue incontenible “terrible fue la cometida, heroica la resistencia, recio y sangriento el choque; los independientes se arrojaban como leones furiosos”, como a las 5 de la tarde de ese fatídico día, llegó la tensa calma. Debe continuar.