SU EQUIPO
DRAGON LEE (Luchador)
Lo describe como “la alegría del grupo, la verdad es súper ocurrente, podíamos estar cabizbajos, y él mantenía un optimismo que rescataba a todo el grupo”.
PATRICIO ARAUJO (Futbolista)
“Es un líder natural, una persona que el mandamiento de amarás a tu prójimo como a ti mismo, se cumple con el capi. Lo que necesitas te lo da, aunque él ya no lo tenga”.
CHINO RODRÍGUEZ (Boxeador)
Del también medallista olímpico lanza que es un “ser cero estresado, nos hacía ver su manera de ser, sin angustiarse”. RODRIGO MOJICA Ciudad de México.– Atenas 2004, los Juegos Olímpicos, la máxima justa deportiva, la que acapara todos los reflectores cada cuatro años, fue sin duda la punta de lanza de la capitalina Iridia Salazar.
Medalla de bronce en Taekwondo, categoría: 57 kilógramos, suena bien, pero se mira mejor, y 14 primaveras después de aquel triunfo sonante, y que es parte de la memoria en los libros olímpicos de México, la misma Iridia decidió volver al ojo mediático, en el nicho que palpó desde sus amaneceres.
El programa Exatlón, segunda edición, con el antecedente de haber sido exitoso a partir de su incursión, fue la otra prueba de Salazar, aunque ya en una faceta distinta, la de madre y esposa, alejada de la disciplina con mayor rigor, y después de haber hasta