Traidores y héroes del peñismo en la persecución
El gabinete del pasado repasa lista. Se ha catalogado a los ex funcionarios de Enrique Peña Nieto según su comportamiento ante la persecución del actual gobierno y las cuentas son muy disímbolas. Demos nombres: Al frente aparece Luis Videgaray, considerado casi todo el sexenio anterior como el vicepresidente de facto y dueño de finanzas y arreglos. Es decir, quien quería recursos debía recurrir a él. Quien deseaba contratos, él era la llave de acceso. Quien autorizaba contratos de cualquier signo, cuestionable o no según las normas administrativas, era él a petición de parte. Todo, dicen quienes buscaban acceso a Los Pinos, lo resolvía el secretario de Hacienda y Crédito Público en la primera parte del sexenio y secretario de Relaciones Exteriores al final. Nada escapaba a su vista, a su gestión, a su trámite. Su palabra, y no siempre su firma, eran autorización y clave de impunidad si eran asuntos auditables o giros cuestionables como la llamada estafa maestra, por la cual paga sin juicio Rosario Robles. SOBRE LUIS VIDEGARAY Pero las pesquisas ya rondan a Luis Videgaray. Quienes lo conocen hablan de una circunstancia: Con Donald Trump se sentía seguro porque tenía de respaldo a Jared Kushner, el yerno del magnate con quien tiene una magnífica relación. Pero como perdió el republicano ante el demócrata Joe Biden, ahora ni Trump ni Kushner tienen influencia en la Casa Blanca para gestionar con México o darle protección diplomática en Estados Unidos. La suerte de Videgaray está por verse, pero por ahora se siente en desgracia y con riesgos de persecución si alguno de los ex funcionarios investigados da pormenores de su participación por acción u omisión. Diferente situación vive Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia en la primera parte de Enrique Peña Nieto y luego secretario de Educación Pública.