¿Abuelo depravado? No lo creo
Enrique Guzmán fue acusado por su nieta Frida Sofía de manoseo en sus partes íntimas cuando era niña. Se lo contó al periodista Gustavo Adolfo Infante en una entrevista que “cimbró” el mundo del espectáculo.
Gustavo sí le cree a Frida, yo no. Ni Alejandra Guzmán la cree a su hija. En comunicado en redes digitales fue contundente: “Pongo las manos al fuego por mi papá”. La forma en que se expresa, supone que nadie más sabía de esta confesión a Gustavo.
Enrique Guzmán es “el macho alfa”, o sea el rey de la manada. De carácter violento y “mano pesada”. Un perfil muy distante al de un violador o de un enfermo sexual, que es callado, simpático, discreto, amable y Enrique es ajeno a tales características.
A Enrique lo conozco desde hace 50 años, conviví con él, sobre todo cuando tenía temporadas en el teatro Blanquita y sin duda que es de carácter difícil. Altanero con aires de autosuficiencia y golpeador, también lo es y Silvia Pinal ha dado testimonio de la “mano pesada” del cantante.
Broncudo, también. Le sacó la pistola a Manolo Muñoz en el teatro Blanquita, por una discrepancia en una noche de póker. José Alfredo Jiménez calmó los ánimos. Manolo Muñoz también no era dejado.
Enrique conoce de armas, las sabe manejar y siempre, que yo recuerde, andaba armado. Golpeador, ya lo dijimos. No solo Silvia da fe de la violencia, también Alejandra . Tito, su asistente sintió la “mano pesada” de Enrique, quien le dio una cachetada porque no le tenía a la mano los lentes. Si, violento, altanero, retador, muy “sácale punta”, pero depravado sexual, pedófilo ,no le creo a Frida Sofía.
El caso es que Gustavo Adolfo hizo una entrevista devastadora.