Alito una vergüenza para el PRI
El cadáver político de nombre Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito sigue en su necia posición de continuar al frente del PRI, bajo el argumento de que fue electo por cuatro años.
A pesar de estar envuelto en escándalo tras escándalo, el también ex gobernador de Campeche, se aferra a su patética “campañita” de gritar a los cuatro vientos que es un perseguido político.
Lo peor del asunto, es que sus argumentos son tan frágiles que se derrumban ante la muralla de acusaciones en su contra.
Alito vive en una caldera ardiente al punto de ebullición, que una vez que explote nadie lo salvará.
Usted estimado lector se preguntará ¿el porqué de mi lectura? Le diré que, en tan solo dos meses, este personaje siniestro ha acumulado el desprecio e irritación de los sectores más importantes de nuestro país: el político, social, económico e incluso al propio gremio periodístico.
La divulgación que hizo la gobernadora Layda Sansores
San Román de 11 audios de Alito Moreno, sepultaron la imagen que había de él, de un político honesto, negociador e inteligente. Ahora nada de eso existe.
La opinión pública no solo de Campeche, sino de todo el país, lo califican como el peor de los políticos que ha dado el Partido Revolucionario Institucional.
Los mexicanos lo conocen más que antes, pero de manera negativa. Lo tachan de corrupto, lo señalan de opresor, lo acusan de ratero, lo miran como un hombre sin educación y principios.
Es la fotografía impresentable de un político ambicioso sin escrúpulos que se movía en las arenas movedizas de la corrupción, engañando a todos, dando una cara afable, mientras que por la espalda les clavaba el puñal de su traición.