Polémica ante el virus
Las declaraciones tanto del presidente de méxico como del subsecretario de salud, Hugo Lópezgatell, en torno a la pandemia han desatado diversas controversias entre los mexicanos
La llegada del COVID-19 a México estuvo marcada por la polémica.
Aunque el 4 de febrero del año pasado ya se había confirmado la presencia en China del SARS-COV-2, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, dijo que se tenía una alta probabilidad de que llegara al país, pero que era una enfermedad de “baja virulencia” si se comparaba con la influenza que “es más agresiva en términos de causar enfermedad grave y la muerte”.
El 28 de febrero se confirmó el primer caso de COVID-19 y se anunció en la “mañanera” ante el presidente Andrés Manuel López Obrador. Ese mismo día arrancaron las conferencias vespertinas a las 19:00 horas.
Para el 4 de marzo, el subsecretario Lópezgatell afirmaba que “no hay necesidad de un hospital especial específicamente diseñado para el coronavirus”.
Sin embargo, el Gobierno federal inició la reconversión de hospitales priorizando la atención a enfermos COVID lo que significó para el IMSS un gasto en 2020 de 29 mil millones de pesos entre crecimiento de infraestructura, bonos a personal, nuevas contrataciones, equipo de protección, medicamentos y ventiladores, entre otros.
El vocero de la estrategia contra el nuevo coronavirus generó polémica cuando el 16 de marzo en la “mañanera” expresó que en caso de que el presidente López Obrador se contagiara, se “va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune”, además de que “la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio”.
Generó molestia entre la población que el 2 de abril, el presidente Andrés manuel López Obrador, dijera que el coronavirus “vino como anillo al dedo” porque ayudaba a fortalecer su cuarta transformación
La atención de enfermos de COVID significó para el IMSS un gasto en 2020 de 29 mil millones de pesos entre crecimiento de infraestructura, bonos a personal, nuevas contrataciones, equipo de protección, medicamentos y ventiladores
Dos días después, se viralizó la imagen del primer mandatario que en la conferencia matutina presumió su escudo protector, el famoso “detente” (una estampa religiosa católica).
Mientras se disparaban los casos de coronavirus en otros países, principalmente europeos, el 22 de marzo, López Obrador dijo: “no dejen de salir (..) no ayudamos si nos paralizamos sin ton ni son de manera exagerada”.
El 23 de marzo se anunció la “Jornada de Sana Distancia”, la cual se extendió hasta mayo. En ese tiempo el primer mandatario suspendió las giras. El titular del Ejecutivo federal comentó que el subsecretario López-gatell le recomendó mantener la sana distancia, pero no el uso del cubrebocas.
Generó molestia que el 2 de abril López Obrador dijo que el coronavirus “vino como anillo al dedo” porque ayudaba a fortalecer su cuarta transformación.
Las críticas contra López-gatell se intensificaron cuando pronosticó varios picos de contagio en el Valle de México, fechas que no se cumplieron, además declaró que el escenario “catastrófico” para México sería de máximo 60 mil muertos, cifra que ya se triplicó.
Pese a la demanda de créditos a empresas porque se estaban perdiendo empleos, el presidente López Obrador advirtió que no se rescataría “a los de arriba” como sucedió en el periodo neoliberal, y optó por créditos a la palabra para pequeños negocios.
Tras aumentar los contagios en diciembre, la tarde del 24 de enero de este año, el primer mandatario informó que dio positivo a coronavirus, por lo que tuvo que permanecer en aislamiento dos semanas en Palacio Nacional, situación que provocó especulaciones por la poca información sobre su salud y tratamiento.
Al reaparecer el 8 de febrero en la “mañanera”, reiteró que no era necesario usar el cubrebocas, porque de acuerdos con los médicos ya no contagiaba.