‘Si no abrimos los museos vamos a morir’
Los museos privados se enfrentan a una difícil situación, pues no reciben recursos del Estado; el reto, además de cumplir con las medidas sanitarias, es crear una oferta museística atractiva
Adiferencia de los museos federales,los recintos privados no tienen ningún soporte económico que provenga del Estado. La mayoría existen gracias a los donativos o las entradas, y más del 80 por ciento de ellos depende de la taquilla y de lo que obtienen de la renta de sus espacios.
Es el caso del Museo Interactivo de Economía (MIDE), el cual, a un año de que inició la emergencia sanitaria, se vio en la obligación de cerrar sus puertas nuevamente. El año pasado abrieron durante seis semanas, tiempo insuficiente para poder recuperarse.
Silvia Singer, directora del recinto, comparte que se han visto seriamente afectados, pese a que en 2020 obtuvieron un contrato de asesorías y diseños que se sumó a la aplicación de una buena administración preventiva.
“Como directora me siento afortunada de no despedir personal, hasta ahora, y que no hemos bajado sueldos. Pero esa situación no es la normal y pronto caeremos en la normal, que se acaben los contratos y no sabremos qué hacer, se mantiene un compromiso social, me preocupa mi público, pero también mis empleados”, destaca.
Para estos espacios, cumplir con las medidas sanitarias no es suficiente para recuperar el público perdido, pues deben crear una oferta museística atractiva que esté a la altura de la situación, pero que además permita gozar de lo expuesto en sus salas.
“Aunque suene trillada la frase, pero ‘reconstruimos el tejido social’, y defiendo la idea de que los diálogos suceden en los museos, el disfrute estético, el aprendizaje que ofrecemos los museos, ahí está la reconstrucción social. El encierro ha causado muchos problemas de salud y emocionales y los museos pueden ayudarnos”, reflexiona.
En la actualidad, tras un año de confinamiento es necesario voltear a ver el papel tan importante que juega la cultura para contribuir en restablecer la salud mental de la población.
Silvia Singer comparte que los museos deben abrirse al diálogo con el público y viceversa; los recintos museísticos deben ser un foro social donde las ideas encuentren cabida, no sólo para escuchar conferencias, sino ofrecer toda una vivencia en las salas y nuevas propuestas.
Parte del trabajo sobre repensar la forma de abrir de nueva cuenta las puertas de los museos implica explotar más la parte digital, de tal manera que al mismo tiempo que se presenta una exposición muy atractiva, los visitantes se sientan confiados y seguros de recorrer sus instalaciones.
“Hemos modificado la museografía, procuramos la sana distancia entre personas; los diseños que estamos implementando, de ahora en adelante servirán tanto en las exhibiciones temporales, como muestras permanentes. Tenemos que encontrar otras formas de exponer, temáticas que nos ayuden a esa conversación, una curaduría que anime a que las personas a que se acerquen con mayor simpatía y seamos capaces de crear nuevos públicos”, aclara.
A pesar de sentir que los museos no han sido lo suficientemente valorados, en el MIDE están dispuestos a ofrecer a su público la mejor experiencia posible, para que éste se sienta con la seguridad de asistir a partir de este sábado 6 de marzo, que es su reapertura.
“Si no abrimos el museo nos vamos a morir, podemos ofrecer una visita segura, tenemos excelentes medidas sanitarias. Nos urge reactivarnos, dependemos de la visita porque nos hace estar vivos”, concluye.
El MIDE perdió en 2020 más del 70 por ciento de sus ingresos debido a la pandemia