Clero en campaña
Las fuerzas políticas buscan ganar el voto de los creyentes al asociarse con liderazgos vinculados a las distintas iglesias, una estrategia que de poco ha funcionado
Como parte de su estrategia electoral para este 2021, tanto Morena como sus partidos aliados han recurrido a figuras religiosas de distintas denominaciones. Ésta no sería una afrenta al Estado laico como tal, sino, de acuerdo con expertos, un intento político de conformar un voto confesional a favor de su proyecto, si bien las cifras no les resultan del todo favorables.
Uno de los aliados de Morena es el Partido Encuentro Solidario, reencarnación de Encuentro Social que recibió el registro pese a que 15 ministros evangélicos participaron en sus asambleas distritales. De esta alianza surgió la senaduría suplente de Daniel Sepúlveda Árcega, pastor de la Iglesia Cristiana Vida, quien intentó sin éxito ser candidato a gobernador de Nayarit en 2017. Al ser ministro de culto, el escaño fue declarado vacante y se ordenó una elección extraordinaria.
Fuerza Por México, otro aliado del partido oficial vinculado con Ricardo Monreal, anunció el 6 de abril a Onésimo Cepeda, cardenal emérito de Ecatepec, como candidato al Congreso del Estado de México, con el argumento de que dejó la Diócesis en 2012. Sin embargo, horas después, Cepeda dio marcha atrás a la candidatura, en entrevista con Carlos Marín, al decir que no cambiará su ministerio por “una pendejada de tres años”.
Fuerza Por México anunció que el cardenal emérito Onésimo Cepeda sería candidato al Congreso del Edomex, pero luego desistió.
Aunado a ello está la Confederación Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas, la cual ha hecho lobby con López Obrador desde el inicio de su administración en temas como permitir a organizaciones religiosas tener medios de comunicación masivos. En febrero de 2021, su dirigente, Arturo Farela, declaró a Proceso que Morena les permitirá postular a “laicos cristianos evangélicos” para alcaldías y diputaciones locales, si bien no pudo adelantar cuántos.
La Iglesia de la Luz del mundo también ha encontrado espacios, siendo su principal alfil Israel Zamo
ra Guzmán, senador que pasó del PRD al PVEM, con el que Morena forjó la coalición Juntos Haremos Historia. Este 2021, el partido guinda incluso abrió sus listas plurinominales a Hamlet García Almaguer y Emmanuel Reyes Carmona, otros dos experredistas seguidores de Nassón Joaquín García, detenido en Estados Unidos acusado de pederastia y tráfico de personas.
En entrevista con Reporte Índigo, Elio Masferrer, profesor-investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, considera que no se trata de un intento de organizaciones religiosas por hacerse con espacios en la administración pública, sino que, por el contrario, son las fuerzas políticas quienes buscan ganar el voto de los creyentes al asociarse con este tipo de liderazgos.
“Hay una estrategia de distintos partidos políticos que quieren construir un voto confesional, pero los creyentes no los toman en cuenta”, explica Masferrer. “No hay un voto confesional en México. Curiosamente éste es uno de los países más laicos. Ahora, que los creyentes toman en cuenta algunas cosas, sí, pero no lo que dicen los líderes, ese es otro mito”.
Como argumento, retoma los casos históricos del Partido Demócrata Mexicano, que durante casi 40 años trató de hacerse con el voto del movimiento sinarquista hasta que desapareció en 2003. Así como los del Partido Acción Nacional, que buscaba el respaldo de los católicos, “aunque no lo decía en voz alta”, o del Partido Revolucionario Institucional, que todavía en las campañas de 2018 se trató de vender como un campeón de los votantes guadalupanos.
Si bien Hugo Eric Flores, líder del PES, lo vende como “el partido evangélico”, los resultados electorales muestran que este segmento de la población no lo ve así. En 2018, el PES original perdió el registro con sólo un 2.5 por ciento de la votación. Mientras que el Censo 2020 del INEGI arroja que entre un 11 y 15 por ciento de los mexicanos se identifica como cristiano evangélico.
Captan poca votación
A esta apreciación, Masferrer agrega que, de acuerdo con estudios realizados a partir de la votación de 2018, un tercio de los votantes del PES fueron católicos, por lo que en realidad sólo captó alrededor del 1.7 por ciento del apoyo evangélico. Mismo que, advierte el doctor en antropología, puede caer aún más a raíz de la selección de candidatos para 2021.
“Algunos evangélicos quizá hubieran votado por el PES, pero lo de Jorge Hank Rhon les acerca voto no evangélico, el voto de él,
Si hay un bloque confesional en el Congreso son los de la Luz del Mundo, pero no solo son de Morena. Tienen de todas partes”
Elio Masferrer Investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia