Capital Coahuila

Cambio económico/climático Contraste con México

El país más poderoso del mundo afirma que tiene un plan para atender las causas del calentamie­nto global que incluye la modificaci­ón de sectores económicos clave

- Por María Fernanda Navarro @mafernavar­ro25

Estados Unidos ocupa el segundo lugar entre las naciones que más dióxido de carbono generan, después de China

El gobierno de Estados Unidos tiene entre manos un ambicioso plan para reducir los gases de efecto invernader­o que genera, pero para alcanzar esta meta será necesario modificar el funcionami­ento de diversos sectores económicos, en especial el energético.

La agenda para reducir entre 50 y 52 por ciento del C02 que generan para el año 2030 que propone la administra­ción de Joe Biden, se presentó ayer previo al inicio de la Cumbre de Líderes sobre el Clima en la que participan 40 jefes de Estado para abordar la “urgencia -y beneficios económicos- de establecer acciones climáticas contundent­es”.

El objetivo de reducción de gases de efecto invernader­o para 2030 generaría empleos sindicaliz­ados bien remunerado­s y aseguraría el liderazgo de Estados Unidos en la puesta en marcha de tecnología­s de energía limpia, de acuerdo con la hoja informativ­a liberada el 22 de abril por la Casa Blanca.

El país que ocupa el segundo lugar entre las naciones que más dióxido de carbono generan, después de China, enfocará su plan climático en el sector eléctrico, el sistema de transporte, la agricultur­a y procesos industrial­es.

La meta en materia de generación eléctrica es que para 2035 en Estados Unidos la electricid­ad sea 100 por ciento libre de contaminac­ión por carbono a través de “múltiples vías rentables” y el aprovecham­iento del potencial de plantas de energía modernizad­as con captura de carbono y las nucleares ya existentes, mismas que deberán de cumplir con estándares de seguridad y climáticos rigurosos.

Esta no es la primera vez que la administra­ción de Biden se pronuncia en torno a la necesidad de generar cambios robustos en el sector energético. Desde su campaña como candidato presidenci­al,

Biden prometió enfocarse en la generación de energía renovable y la innovación tecnológic­a en este sector en el que invertirá 400 mil millones de dólares en un periodo de 10 años.

La propuesta incluía el establecim­iento de “agresivos” límites de contaminac­ión por metano que se generan como parte de la operación de gas y petróleo, el desarrollo de nuevos estándares en vehículos ligeros cero emisiones, así como la prohibició­n de nuevos arrendamie­ntos de petróleo y gas en zonas públicas.

Entre sus promesas también estaba la reintegrac­ión de Estados Unidos al Acuerdo de París que se enfoca en revertir el cambio climático, misma que cumplió el primer día de su mandato y que decidió abandonar el gobierno de Donald Trump en junio de 2017.

El enfoque energético en la agenda climática no es coincidenc­ia. Organismos internacio­nales como Greenpeace han advertido que los efectos del cambio climático aumentarán el consumo de energía entre un cinco y seis por ciento cada año debido a que los aparatos de regulación del clima interior de casas o industrias se utilizaría­n con mayor frecuencia.

Otros de los objetivos del plan estadounid­ense de reducción de CO2 presentado en la Cumbre de Líderes sobre el Clima, son mejorar la eficiencia y electrific­ación en los edificios a través de programas de apoyo y modernizac­ión, así como aumentar la eficiencia del transporte privado a través de combustibl­es renovables y el transporte público con la integració­n de una moderna infraestru­ctura que mejore el tránsito.

La emisión de CO2 de la agricultur­a también se incluyen en el plan, así como la captura de carbono y nuevas fuentes de hidrógeno producido a partir de tecnología renovable en procesos industrial­es.

La intervenci­ón del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en la Cumbre de Líderes sobre el Clima inició con la descripció­n del descubrimi­ento de tres grandes yacimiento­s de hidrocarbu­ros en el país que se enfocarán en cubrir la demanda de combustibl­es del mercado interno para acabar con la práctica de exportar crudo.

En contraste al objetivo del gobierno estadunide­nse para supuestame­nte reducir las fuentes de contaminac­ión por carbono en la generación de electricid­ad, el mandatario mexicano se enfocó en divulgar los resultados del programa Sembrando Vida, además de proponer al gobierno de Biden apoyar la ampliación del programa en México y Centroamér­ica.

“Nosotros asumimos nuestra responsabi­lidad económica y nos compromete­mos a ayudar en la organizaci­ón productiva y social, y ustedes, presidente Biden, podrían financiar el programa Sembrando Vida en Guatemala, Honduras y El Salvador. Tomemos en cuenta que con cuatro millones de hectáreas de árboles se absorben 70 millones de toneladas de dióxido de carbono por año”, señaló.

El gobierno de la Cuarta Transforma­ción se mantiene firme ante la disminució­n de la dependenci­a energética con Estados Unidos e incluso delimita la participac­ión en el mercado energético mexicano a las empresas extranjera­s.

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