Monitoreo ambiental sin claridad
La red no incluye sitios que permitan caracterizar el trá co vehicular y conocer el impacto de las fuentes vehiculares sobre la calidad del aire, por lo que es posible que se estén pasando por alto las excedencias de estos contaminantes El Premio Nobel de
Apesar de que Mario Molina, Premio Nobel en Química en 1995, elaboró un estudio ambiental denominado Proaire 2016 2025, en donde advierte al Gobierno de Nuevo León que el Sistema Integral de Monitoreo Ambiental (SIMA), mismo que utiliza la entidad para medir la contaminación, está mal planteado, tanto la administración de Jaime Rodríguez Calderón, como la de su sucesor y actual gobernador, Samuel García, prerieron hacerse de la “vista gorda” y archivaron el documento.
Para colmo, el actual titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Alfonso Martínez Muñoz, mandó realizar otro estudio, esta vez al Clean Air Institute, organismo estadounidense poco conocido, mediante el que desarrollaron el Plan Integral de Gestión Estratégica de la Calidad del Aire, o Pigeca.
Mario Molina, fallecido en 2020, advirtió que el programa
SIMA de las 13 estaciones de monitoreo de la Zona Metropolitana de Monterrey es ineciente, ya que altera o modica las muestras.
Además de la ineciencia en las estaciones, el estudio del Premio Nobel reveló que hacen falta al menos seis estaciones de monitoreo adicionales, esto de acuerdo con Guillermo Martínez Berlanga, activista y ecologista local.
“En sus puntos clave, el estudio nos dice que estamos midiendo mal la contaminación; el equipo que se tiene altera, modica o no toma todos los contaminantes, sólo alcanza a tomar el 75 por ciento de la muestra y eso no es suciente para que sea representativa y conable (...) Como no tiene representatividad la muestra no vale, lo que están midiendo está totalmente falseado; no sabemos si es intencional o si lo tienen así para jugarnos el dedo en la boca”, armó el especialista para Reporte Índigo Monterrey.
¿Qué dice Proaire 20162025?
De acuerdo con lo establecido en el programa Proaire 20162025, las estaciones de la red de monitoreo ambiental de Nuevo León se clasican con base en el entorno de su ubicación, siendo una red principalmente urbana.
A partir de lo anterior, se estadencias bleció una posible clasicación del tipo de estación, utilizando los criterios del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
“Esto permitió identicar falta de claridad en el tipo de estación; no se observan estaciones dedicadas a caracterizar de manera particular el tráco vehicular (...) Se recomienda revisar los criterios de clasicación en todos los sitios en torno a los objetivos de la red para garantizar la representatividad de la muestra y establecer con claridad la in¡uencia de las fuentes sobre las concentraciones medidas”, cita el documento.
De la misma forma, el estudio revela que el análisis de la captura de información mostró que la mayoría de los datos recolectados no cumplen con el criterio de suciencia, tanto de parámetros meteorológicos como de contaminantes.
Para generar los indicadores anuales estadísticos de estado y tenen la calidad de aire, se debe capturar al menos un 75 por ciento del total de datos; sin embargo, de acuerdo con el estudio elaborado por Molina, durante 2014 y 2016 la tasa de captura de las estaciones fue menor a este porcentaje para prácticamente todas las estaciones, exceptuando el caso de las partículas PM10, lo que no permite llevar a cabo un análisis robusto de los datos.
“Esto puede deberse en parte a los cambios, incorporación y/o retiro de analizadores a la red
que se ha realizado durante los diferentes años; esto representa un reto importante, puesto que la medición es valiosa siempre que sea representativa y con alto grado de conabilidad”, reere el documento.
SIMA es obsoleto
Guillermo Martínez Berlanga coincidió en que el SIMA es un programa obsoleto, ya que la tecnología empleada por el sistema fue creada durante el gobierno de Sócrates Rizzo García y supera los 30 años de edad.
De la misma forma, ahondó en la necesidad de colocar por lo menos seis estaciones de medición adicionales para obtener una muestra que sea representativa. “Hay que agregarle seis estaciones más, hay que reubicar cuatro estaciones, lo cual ya sabíamos de estudios anteriores (...) El sistema de por sí ya es obsoleto, no hay quien lo regule, no sabemos con qué NOM están trabajando y quién hace las certicaciones anuales para seguir utilizando ese equipo, que es un injerto de otros injertos, y ya no sabemos cuál es el que funciona”, cuestionó el ambientalista.
Al respecto, Berlanga armó que el sistema actual sólo registra partículas PM10 a pesar de que existen otros contaminantes de consideración que pasan inadvertidos.
“Aunque mide seis contaminantes, el sistema solamente registra los PM10; hay unos que son los mortales, de necesidad, que es el óxido de nitrógeno (NOX) el óxido de azufre (SOX), que no los registra, por alguna razón no están registrados, y eso es muy grave”, comentó Berlanga.
El hecho de que el estudio realizado por Mario Molina, el Proaire 20162015, haya sido archivado por las administraciones de Jaime Rodríguez y Samuel García, llamó la atención de Martínez Berlanga, quien no puede evitar preguntarse por qué se optó por utilizar el Pigeca.
“Hay dos estudios, ¿Cuál está diciendo la verdad y cuál está diciendo mentiras? ¿Cuál es el más conable? ¿Por qué misteriosamente el del doctor Mario Molina, que fue químico ambiental y Premio Nobel, se escondió durante dos sexenios?” (...) Más nos llama la atención que Martínez Muñoz haya solicitado otro estudio nuevecito para echar el del doctor Molina, que fue maestro del Tec y asesor de los principales gobiernos del mundo en tema ambiental”, cuestionó.