Folclor: síntesis de identidad nacional
(Segunda y última parte)
Con trabajo duro y sin demagogia, en los últimos ocho años el gobierno chino sacó de la pobreza a 100 millones de sus habitantes.
López Obrador hubiera muerto de contento si en los cuatro años que lleva gobernando hubiera sacado de la pobreza a la mitad de lo que ha hecho China; o sea, a 40 millones de mexicanos; pero no, aunque el señor todos los días se llena la boca diciendo que él trabaja para bien de los mexicanos, lo real es que en cuatro años –es decir, durante el tiempo que lleva gobernando–, 5 millones de mexicanos se han sumado a las filas de la pobreza; o sea, todo lo contrario de lo que ha hecho China.
Por eso, los bailarines de la compañía antorchista del Estado de México rendirán homenaje al pueblo chino, y a su gobierno, porque día a día trabajan para que hacer de China un mejor lugar para vivir para sus más de mil 400 millones de habitantes y, con ello, dan ejemplo al mundo de que es posible un mundo mejor cuando pueblo y gobierno trabajan unidos.
Aquí y en China el folclor sintetiza la identidad de las naciones: los chinos tienen numerosas e interesantes costumbres folclóricas; dicen que para los extranjeros, lo más interesante son las bodas porque son totalmente diferentes a las occidentales: los novios cristianos de Occidente celebran nupcias en la iglesia para pedir la bendición de Dios, mientras que los chinos las celebran con lujosos banquetes y se postran en respectivas reverencias ante el cielo, la tierra y los padres, pues además de que antiguamente creían que las deidades y los mortales coexistían, tienen gran respeto por la naturaleza, a la que cuidan delicadamente. Generalmente las novias occidentales se visten de blanco, mientras las chinas los hacen de rojo, color que simboliza lo propicio, lo jubiloso, la buena suerte, la animación, el progreso y la belleza; es decir, todas las buenas cosas. Por eso, en las bodas o en las fiestas, la gente adorna las calles y las casas de color rojo, porque tienen la creencia de que ese color les traerá buena suerte.
De esa y otras tradiciones chinas –como la popular Danza del dragón, que representa la sabiduría, el poder, la riqueza; que esos seres ahuyentan los malos espíritus y se llevan la mala suerte con ellos–, podremos disfrutar el próximo 23 de octubre en el teatro Macedonio Alcalá de la capital oaxaqueña.
En marzo de 2021, el diario nacional El Financiero, publicó una nota bajo el siguiente encabezado: <’China cumple con la ONU’: 100 millones de personas salen de pobreza extrema en últimos 8 años> (https://www.elfinanciero.com. mx).
Estoy convencida que China, más que cumplir con la ONU, solo está cumpliendo con el pueblo chino y está siendo consecuente con su objetivo de alcanzar “una sociedad modestamente acomodada”, como pregona el Partido Comunista de China (PCCH).
El PCCH cumple con su pueblo, con los millones de trabajadores chinos a los que hace 73 años, el gran líder patriótico, popular y comunista, Mao Zedong, condujo a una revolución –a la cual también han contribuido Deng Xiaopin y Xi Jinping, entre otros–, la cual es evidente que ha sido para beneficio de la gente.
A diferencia de los países occidentales (incluido México con su 4ªt), que están a las órdenes de la burguesía imperialista y que saben generar enormes riquezas, pero que las acumulan en unas cuantas manos y, por lo mismo, cada segundo generan millones de pobres, China está trabajando a favor de la humanidad y por eso es justo que se le rinda homenaje a través del arte.
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