Capital Estado de Mexico

EL DISFRAZ DE MONOPOLIO

En las economías de libre mercado la tendencia al control absoluto es algo imposible de evitar, para eso existe la Cofece, un órgano autónomo que sanciona las prácticas monopólica­s, sin embargo, los castigos pocas veces se cumplen, lo que genera que las a

- POR JULIO RAMÍREZ @julio_ramga

Las empresas tienen un mecanismo de defensa porque puede ser que la autoridad esté consideran­do informació­n diferente. Es lo mismo que pasa con los créditos scales: no todo el mundo está de acuerdo con pagar al SAT. Hay mecanismos de defensa como en cualquier otro procedimie­nto administra­tivo”

En México el mejor disfraz es el de los monopolios, pues las empresas que lo cometen, aunque suelen ser multadas, hacen todo para eludirlas.

Parecen compañías competitiv­as y simulan estar en igualdad de condicione­s que las demás en el sector, pero en realidad lo que buscan es controlar su mercado.

En una economía regulada por la oferta y la demanda, las empresas naturalmen­te buscan

ijar los precios. Para evitar que estas conductas que lesionan la actividad del consumidor se vuelvan el común denominado­r está la Comisión Federal para la Competenci­a Económica (Cofece).

Este órgano autónomo sanciona las prácticas monopólica­s, sin embargo, la gran mayoría de las multas que realiza la Cofece se atoran en un tribunal a través de juicios de amparo.

Verónica Zepeda Vargas

Economista con especialid­ad en nanzas públicas e impuestos y docente de la Escuela Bancaria y Comercial

El año pasado la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró que de los mil 607 millones de pesos en multas que reportó la Cofece, mil 312 millones de pesos, el 81.6 por ciento, tiene un proceso en tribunales y, por ende, este dinero no se han integrado al SAT.

“Se comprobó que, de las sanciones impuestas en 2021 por la Secretaría Técnica de la Cofece por mil 607 millones de pesos, se pagaron 294.6 mdp y la diferencia por mil 312.6 millones de pesos, correspond­ientes a 81

Si bien es cierto que los juicios de amparo son un mecanismo de defensa para los empresario­s ante la autoridad, también permiten eludir las acciones antimonopó­licas que lleva a cabo la Cofece

El año pasado la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró que de los mil

607 millones de pesos en multas que reportó la Cofece, mil 312 millones de pesos, el 81.6 por ciento, tiene un proceso en tribunales y, por ende, este dinero no se han integrado al SAT

multas, no se habían pagado y no se identi icó que esas multas fueran enviadas al SAT para su cobro”, se explica en la auditoría de cumplimien­to 2021 0 4110019 0065 2022.

La gran mayoría de estas sanciones, alrededor de mil 311 millones de pesos, de acuerdo con la propia Cofece, se tratan de multas que no se encuentran irmes, ya que “los agentes

económicos interpusie­ron juicios de amparo indirecto, y por lo tanto no son exigibles para su cobro y no se pueden enviar al SAT”, de acuerdo con un dictamen de la Auditoría publicado el 14 de octubre pasado.

Si bien es cierto que los juicios de amparo son un mecanismo de defensa para los empresario­s ante la autoridad, también permiten eludir las acciones del órgano autónomo y ello podría ir en detrimento de la libre competenci­a económica y el combate a los monopolios.

Reporte Índigo consultó a dos especialis­tas en la materia que tienen opiniones diferentes respecto al pago de estas multas por parte de los empresario­s al órgano autónomo.

“Las empresas tienen un mecanismo de defensa porque puede ser que la autoridad esté consideran­do informació­n diferente. Es lo mismo que pasa con los créditos iscales: no todo el mundo está de acuerdo con pagar al SAT. Hay mecanismos de defensa como en cualquier otro procedimie­nto administra­tivo.

“Si se determina que hay una práctica monopólica, ya sea en asociación, en adquisició­n o que de alguna manera y genere o rompa esa e iciencia en el mercado tengo el derecho de ampararme. Ese es un derecho que todos los ciudadanos y todas las empresas tienen ante la autoridad que sea. No solamente en materia de competenci­a”, explica Verónica Zepeda Vargas, economista con especialid­ad en

inanzas públicas e impuestos y docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC).

Las empresas están en su derecho de interponer una demanda para un juicio de amparo y mientras este se desarrolla, el pago evidenteme­nte quedará a la espera de lo que dicte el juez.

“Hasta que este mecanismo de defensa que yo tengo como empresa no se resuelva, queda suspendido. No me puedes cobrar a mí nada hasta que se resuelva todo ese procedimie­nto y hasta que tú o yo o alguien nos dé la razón sobre si existe una práctica monopólica o no”, expone la profesora.

Por su parte, el doctor Edgar Ortiz Arellano, socio presidente de Bismarek Consultorí­a, explica que la interposic­ión de juicios de amparo son una constante de las empresas señaladas de presuntas prácticas monopólica­s en los diferentes sectores.

“Técnicamen­te un amparo responde a una defensa del ciudadano o de un ente moral (empresa) por una acción del Estado que puede ser violatoria de sus derechos, entonces, creo que tendríamos que revisar tres elementos: el de carácter económico, el de carácter administra­tivo y cómo la Cofece se conforma.

“También habría que revisar las condicione­s de estos amparos porque si efectivame­nte estas empresas están haciendo prácticas monopólica­s demostrada­s, sustentada­s con análisis cientí icos y económicos, no habría razón para que muchos de estos amparos no procediese­n, sin embargo, están procediend­o y eso provoca un daño también en el erario. Estas multas, que deberían de ayudar a la actividad del gobierno, nunca llegan y de alguna u otra manera también causa daño”, opina Ortiz Arellano en entrevista.

El experto recuerda que la razón de imponer multas es orillar a que las empresas dejen de realizar las prácticas monopólica­s, pero si estas no se imponen es una mala señal y lo que provoca es que se lesione de manera estructura­l a ciertos sectores económicos del país.

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