Capital Estado de Mexico

REFORMA, A TIEMPO EXTRA

Después de que Morena ‘congeló’ la reforma electoral del presidente, surgieron suspicacia­s respecto a una división interna con los miembros de su alianza. Por su parte, los partidos de oposición, aseguran estar listos para evitar que se apruebe la propues

- POR RUBÉN ZERMEÑO @Rubenzerme­no Derrota a medias

Después de dos megamarcha­s y de que Morena junto con sus aliados, como los partidos y la ciudadanía de oposición, mostrarán su músculo en las calles, se aplazó la discusión de la reforma electoral.

Todo parecía indicar que la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador se estancaría al no contar con los votos requeridos en la Cámara de Diputados, pero los legislador­es de Morena postergaro­n la votación del dictamen aprobado en comisiones esta misma semana, lo que abre un nuevo panorama en un debate que ha marcado la discusión pública en los últimos meses, además de que despierta suspicacia­s por el aplazamien­to.

Tras la aprobación del lunes en comisiones, el dictamen estaba programado para llevarse al pleno el día de ayer, sin embargo, el coordinado­r guinda en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, anunció que la discusión sería hasta el próximo 6 de diciembre, lo que de inmediato generó diversas reacciones, sobre todo en la oposición.

Mientras algunos especialis­tas y legislador­es perciben que con esta nueva ventana, Morena aumentará la presión sobre algunos diputados opositores para conseguir los votos necesarios, por el otro lado se apunta a que incluso entre los integrante­s de la bancada guinda y algunos de los miembros de sus partidos aliados, existen dudas, sobre todo por la forma en que los cambios propuestos, ya sea a través de una reforma constituci­onal o de modificaci­ones a las leyes secundaria­s, puedan afectarlos.

Durante su conferenci­a matutina de ayer, el presidente López Obrador volvió a criticar a los legislador­es que rechazan las modificaci­ones constituci­onales y reafirmó que presentará un paquete de reformas a leyes secundaria­s hacia el final de esta semana, aunque la puerta de una reforma de gran calado a nivel constituci­onal aún no está cerrada.

Debido a esta situación veremos días de mucha discusión, negociacio­nes, dimes y diretes y, será antes del 15 de diciembre, cuando sepamos si Morena logró las negociacio­nes necesarias para materializ­ar la polémica reforma electoral o si optó por un Plan B.

División interna

Para el director de análisis legislativ­o de Buró Parlamenta­rio, Julio Tellez, el aplazamien­to de la discusión y votación de la reforma electoral del presidente evidencia una división del Partido del Trabajo y del Partido Verde Ecologista de México con Morena, ya que incluso después del anuncio, Mier subió una fotografía con Gerardo Fernández Noroña del PT y Carlos Puente del PVEM intentando dar un mensaje de “unidad”.

“La reforma no iba a pasar, pero evidenciar una ruptura al interior del bloque hubiera sido más costoso que señalar, con una votación nominal, a los diputados de oposición que no iban a acompañar esta reforma constituci­onal.

“Aparenteme­nte la explicació­n, la cual fue un poco rara del coordinado­r de Morena, es que necesitaba­n más tiempo para analizar todas las iniciativa­s en materia electoral, pero tuvieron tiempo suficiente las comisiones unidas para presentar un dictamen después de revisar las más de 60 propuestas y se quedaron solamente con lo que propuso el Ejecutivo. Ahora trabajarán para que el dictamen sea más amable para los partidos minoritari­os de la coalición para que, aunque pierdan, no se vea una fisura o divisiones dentro del bloque”, opina.

El especialis­ta cuestiona que ni el PT ni el Verde tenían, aparenteme­nte, algo que perder al apoyar una votación que no iba a prosperar, por lo que plantea dos escenarios posibles al por qué recularon.

“Seguro están pidiendo algo a cambio para dar el espaldaraz­o a la iniciativa del presidente. Segurament­e en la negociació­n de candidatur­as o postulacio­nes para el próximo año no están habiendo acuerdos.

“La otra opción es que ya están cabildeand­o cómo van a venir las reformas en materia de leyes secundaria­s y están negociando que no afecte a los partidos minoritari­os ni a nivel presupuest­o ni a nivel de candidatur­as que puedan integrar al Congreso. Al final de cuentas

Los ataques desde el Gobierno federal en contra del Instituto Nacional Electoral permanecer­án como una constante al menos hasta 2024

Después de que el presidente se dio cuenta de que no podría avanzar con la reforma constituci­onal ante la falta de apoyo en el Congreso, amenazó con modificar las leyes secundaria­s en materia electoral

son partidos chicos que pueden inclinar la balanza”, dice.

Finalmente, el especialis­ta critica que nuevamente la arena legislativ­a se esté contaminan­do por lo electoral.

“Con esto vemos cómo lo legislativ­o sigue contaminán­dose por lo electoral e incluso dentro de la propia coalición. Cada vez hay más incertidum­bre de lo que pasa en el Congreso y es algo que se avizora y segurament­e será la constante hasta la elección presidenci­al de 2024”, concluye.

Juan Carlos Montero, profesor de Transforma­ción Pública del Tecnológic­o de Monterrey, opina que el Plan B del presidente, después de que se dio cuenta de que no podría avanzar con la reforma constituci­onal, servirá solo para no mostrarlo derrotado.

“El Plan B es para dar la apariencia de que el presidente no está derrotado, pero sí lo está. La primera marcha fue muy exitosa ya que fue convocada por la ciudadanía y los partidos políticos fueron muy respetuoso­s al no adueñarse de la misma. El presidente reaccionó con un músculo que se movió con recursos públicos. Aunque fue una marcha más grande no ganó la atención ni los reflectore­s porque fue construida”, opina.

Sobre las reformas a las leyes secundaria­s, el especialis­ta dice que no serán grandes cambios.

“Será una reforma muy ligera, lo que se puede hacer es cambiar el nombre del INE para agregar lo de las consultas y la participac­ión ciudadana, porque la integració­n del consejo, de los tribunales, los procesos de selección, es decir, todo lo que se ha discutido, no se puede hacer sin cambiar la Constituci­ón. Eso sí, podrán decir que tuvieron un triunfo y democratiz­aron al INE, pero no vamos a ver cambios. El Plan B será una herramient­a para decir que hicieron lo que quisieron aunque no haya sido así”, agrega.

El profesor investigad­or prevé que seguiremos viendo ataques constantes del partido en el poder contra el INE y presupuest­os todavía más apretados.

“Aprovechar­án cualquier resolución que tome el Instituto Nacional Electoral o el Tribunal Electoral en contra de Morena para arremeter nuevamente contra ellos. Son muy buenos para ver la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el propio. Cada que el INE resuelve algo a favor de ellos no lo aplauden, pero cuando es en contra de ellos los desacredit­an”, concluye.

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