Tatiana Santo Domingo
una millonaria con estrella
Un recorrido a través de la historia de la mujer más rica de Mónaco.
Mamá de dos niños adorables, esposa de uno de los royals más guapos del momento, dueña de una tienda en línea que beneficia a comunidades de artesanos de diversas partes del mundo y, por si fuera poco, heredera de una de las fortunas más grandes de Latinoamérica y la mujer más rica de Mónaco. ¿Así o más suertuda?
Tatiana Santo Domingo nació el 24 de noviembre de 1983 en Nueva York, sin embargo vivió casi toda su infancia en Ginebra, Suiza, donde asistió a la International School of Geneva. Es hija del empresario colombiano Julio Mario Santo Domingo Jr., quien lamentablemente falleció a los 52 años víctima de un cáncer fulminante, y de Vera Rechulski, socialité brasileña dueña de una tienda de antigüedades en París.
Cuando cumplió 15 años, sus padres la enviaron a estudiar al famoso internado francés Lycée Jeanne d’Arc Saint-Aspais en Fontainebleau, donde hizo amistad con Carlota y Pierre Casiraghi, sin imaginar que años más tarde terminaría emparentando con uno de los miembros de la dinastía Grimaldi.
Tras concluir el bachillerato, Tatiana ingresó en la American University of London para estudiar la licenciatura en Bellas Artes. Posteriormente, se mudó a Estados Unidos para hacer la maestría en Historia del Arte en la New School for Liberal Arts de Nueva York. Fue en esta época que la joven inició un romance con Andrea Casiraghi y a partir de ese momento se hicieron inseparables. No obstante que por varios años cada uno alternó su residencia entre Nueva York, Londres y París, la pareja mantuvo un noviazgo largo y sólido que vio rendir fruto tras la llegada de su primer hijo, Sacha, quien nació el 21 de marzo de 2013.
BODA DOBLE, FIESTA DOBLE
Pocos meses después de que Tatiana y Andrea se estrenaran como padres, la pareja se casó por el civil el 31 de agosto de 2013. La ceremonia tuvo lugar en el Salón del Trono del Palacio Grimaldi, mientras que el banquete se sirvió en los jardines que dan a la alberca del palacio. Pese a que se anunció que la boda sería un evento sencillo e íntimo, se sabe que asistieron al menos 350 invitados y que la pareja echó la casa por la ventana para celebrar su unión en compañía de amigos y familiares. El evento fue amenizado por varias bandas musicales que tocaron desde ritmos africanos y latinos hasta rock y soul. Tatiana lució un sobrio vestido de la firma italiana Missoni, sandalias plateadas y una corona de flores.
Meses más tarde, el 31 de enero de 2014, la pareja celebró una segunda boda más formal y a lo “grande” en el convento de Rougemont, un antiquísimo monasterio construido en el siglo XI localizado en Gstaad, un exclusivo destino invernal en medio de los Alpes suizos.
La ceremonia religiosa se llevó a cabo en una capilla dedicada a San Nicolás de Myra, la cual fue decorada especialmente para la ocasión con velas y cientos de rosas blancas. La novia usó un vestido del diseñador Valentino fabricado en tul de seda y encaje de macramé, con una enorme capa que le colgaba sobre la espalda. Para el tocado lució la famosa “Tiara Fringe de Mónaco”, una diadema de oro y plata con brillantes de corte diamante elaborada por Cartier. Concluida la ceremonia los invitados se trasladaron al Hotel Palace, donde se celebró la fiesta que en esta ocasión fue ambientada por el hermano de Tatiana, Julio Mario Santo Domingo III, quien es un conocido DJ en Nueva York. Entre la lista de invitados figuraron: el diseñador italiano Valentino
y personalidades del jet set europeo como Bianca Brandolini, Olympia Scarry, Fabiola Beracasa y Noor Fares, así como los príncipes Pierre y Silvia d’Arenberg, Nicolás y Tatiana de Grecia. No podían faltar dos de las mejores amigas de la novia: Eugenia Niarchos, nieta del armador griego Stavros Niarchos, y Margherita Missoni, heredera de la dinastía Missoni, la casa de moda italiana fundada en 1953.
Previo a la boda religiosa, Tatiana Santo Domingo organizó una “fondue party” en el exclusivo The Eagle Ski Club, un distinguido restaurante famoso por contar con una espectacular vista panorámica de los Alpes. La fiesta también sirvió para celebrar el bautizo del pequeño Sacha, quien recibió el sacramento ese mismo día por la mañana. Un día después de la boda, los recién casados se despidieron de sus invitados con otro festejo dominical un poco más corto que los anteriores, un brunch de despedida de superlujo.
LA DINASTÍA SANTO DOMINGO
Aun cuando por la familia de Tatiana Santo Domingo no corre sangre azul, su capital rebasa por mucho el patrimonio de muchas familias de la aristocracia europea, empezando por el de los Grimaldi. Y es que con una fortuna estimada en los 2,000 millones de euros, Tatiana es la mujer más rica de Mónaco gracias a los bienes que heredó de su abuelo, el multimillonario colombiano Julio Mario Santo Domingo Pumajero, quien al momento de su muerte en 2011, ocupaba el lugar número dos entre los hombres más ricos de Colombia y el 108 en la lista de los más acaudalados del mundo de acuerdo con la revista Forbes.
El magnate colombiano fallecido a los 87 años era accionista mayoritario del Grupo Empresarial Valórem que, entre otras cosas, es dueño de Caracol Televisión, el periódico
El Espectador y la revista Cromos. Además fue dueño de la compañía aérea Avianca, cuya venta le reportó ganancias millonarias. Más tarde logró que su propia empresa cervecera, Bavaria, se fusionara con SAB Miller, lo que la convirtió en la segunda más importante del planeta.
Julio Mario Santo Domingo alternaba su residencia entre Cartagena, Colombia, y Nueva York, exactamente en el 740 de Park Avenue, donde tenía de vecinos a los Rockefeller, los Vanderbilt y los Guggenheim.
Pero la vida del abuelo de Tatiana no se limitó a los negocios. Amante de la literatura
Con 2 mil millones de euros, su capital rebasa el patrimonio de muchas familias de la aristocracia europea.
latinoamericana, en la década de los 50 formó parte del llamado Grupo de Barranquilla, al lado de Gabriel García Márquez y Álvaro Cepeda, e incluso incursionó como escritor de algunos relatos surrealistas que publicó en 1949 en la revista Estampa de Bo
gotá. Además, en esta otra faceta más cultural, fue embajador de Colombia en China.
De su primer matrimonio con la brasileña Edyala Braga, nació Julio Mario Santo Domingo Braga, también conocido como Julio Mario II, papá de Tatiana, quien murió a causa de un cáncer fulminante en 2009. Aunque el primogénito del magnate colombiano se hizo cargo de algunos negocios del emporio de su progenitor, su verdadera vocación tenía que ver con el mundo de la cultura y de las letras, un gusto que seguramente le fue transmitido por su padre. Estudió Literatura en la Universidad de Columbia, en Nueva York, y era un gran coleccionista de ejemplares de libros únicos. De su matrimonio con Vera Rechulski nacieron sus dos hijos, Tatiana y Julio Mario III.
Julio Mario III es un reconocido DJ que vive en Nueva York. Celoso de su vida privada, se casó en 2015 en secreto con la periodista argentina Nieves Zuberbühler.
Actualmente, el imperio de la familia es dirigido por Alejandro y Andrés Santo Domingo, hijos del segundo matrimonio del abuelo de Tatiana con Beatrice Dávila. Alejandro está casado con la aristócrata británica Charlotte Wellesley, hija de los duques de Wellington, mientras que Andrés se enlazó en 2008 con Lauren Davis, una conocida periodista de moda. La boda de esta pareja fue uno de los eventos sociales más sonados de ese año. A la recepción asistieron más de 400 invitados, entre los que figuraron personalidades como Ivanka Trump, Bárbara Bush y la princesa Frydal de Jordania.
MILLONARIA Y EMPRENDEDORA
A finales de 2012, Tatiana incursionó en el mundo de los negocios con Muzungu Sisters, una exclusiva tienda en línea que vende prendas y objetos artesanales elaborados por comunidades indígenas de todo el mundo, lo que le reporta ganancias bastante significativas. El proyecto que fundó al lado de su socia y amiga Dana Alikhani, tiene como misión dar a conocer el trabajo de artesanos colombianos, peruanos, argentinos, húngaros y africanos, y al mismo tiempo busca rescatar técnicas artesanales ancestrales y dar sostén económico a cientos de comunidades.
Tatiana y Dana se conocieron cuando estudiaban en Londres. De origen chipriota, Dana es antropóloga social, y estudió la maestría en Derechos Humanos en la Universidad de Columbia. Movidas por la idea de influir de manera positiva en las comunidades que apoyan, su trabajo consiste en
viajar y traer de regreso ropa y objetos muy étnicos para darlos a conocer al mundo, como por ejemplo sarongs de Bali, pantalones gauchos o boleros peruanos.
Contrario a lo que pudiera parecer, esta no es la primera incursión de Tatiana en el mundo laboral. Antes de Muzungu Sisters trabajó durante un año con el director de arte Giovanni Bianco, responsable de algunas campañas publicitarias de Prada, Ermenegildo Zegna y Versace. Además, colaboró por un tiempo como investigadora al lado de Aimée Belle, subdirectora de la edición norteamericana de la revista Vanity Fair.
LA MODA SEGÚN TATIANA
Fiel a su estilo personal, Tatiana Santo Domingo tiene un look muy particular que sale de lo convencional, sobre todo si se le compara con sus contemporáneas europeas. Inspirada en la época hippie, Tatiana se ha inclinado siempre por las telas estampadas, prendas sueltas, vestidos largos, collares étnicos, diademas de flores y turbantes. Le encanta traer el pelo suelto, ondulado y peinado con raya en medio. Además, casi no usa maquillaje.
En 2010 fue elegida como la mujer más elegante por la revista Vanity Fair y es modelo de inspiración de importantes diseñadores de moda como Valentino, Giambattista Valli y el colombiano Esteban Cortázar, quien confiesa ser un admirador del estilo fresco, femenino y chic de la joven.
Invitada de honor de los grandes desfiles de moda de París y Nueva York, su diseñador preferido es Prada, aunque también es fan de las marcas Diesel y Chanel. Colecciona atuendos vintage y accesorios hippies que se han convertido ya en su sello personal.
A sus 34 años, Tatiana Santo Domingo tiene más de lo que cualquier royal puede esperar. Hace dos se convirtió en mamá por segunda vez, de India, una chiquita rubia y de ojos azules que se ha robado el corazón de su abuela, la princesa Carolina. Tiene un marido guapo que la deja ser, un negocio próspero con el que además hace labor social, y un respaldo económico gigantesco con el que podrá vivir tranquila por el resto de sus días.