ZIGZAG NAVEGAREN
POR: DR. JESÚS AMAYA GUERRA, PH.D. CATEDRÁTICO E INVESTIGADOR DE LA UNIVERSIDAD DE MONTERREY
Navegar un velero en zigzag tiene otros conceptos similares o sinónimos como “navegar de bolina”, “ceñir”, “bolinear” o “barloventar” cuyos significados son la acción de navegar en un barco de vela contra la dirección del viento. Es una técnica de hacer “zigzag” contra el viento que permite navegar a pesar que la corriente y el aire no sean favorables. El velero para poder avanzar en contra de la propia dirección del viento, debe virar un poco el rumbo del barco, pero inmediatamente pasando la adversidad debe retomar la ruta para no perder su objetivo.
Algo parecido es nuestra vida. Viajamos hacia nuestro destino, pero encontraremos corrientes y vientos en contra que nos frenan para avanzar. Y tenemos dos opciones: La primera es dejar que el viento no nos deje avanzar y navegar a la deriva dejando que los ventarrones sean la guía de nuestra vida o la segunda es enfrentar las ráfagas y atravesarlas sin perder de vista nuestras metas. Nuestros hijos se enfrentarán a una gran cantidad de vientos o corrientes que les dificultará avanzar en su camino y nuestra misión es enseñarles a virar un poco su velero para enfrentar las adversidades y sin perder de vista sus sueños a lograr. No quitemos el viento en contra porque tarde o temprano se enfrentarán con él. Hay que entrenarlos desde muy temprano a virar y seguir adelante sin importa los vientos tan fuertes en contra. Esta habilidad de navegar a pesar de vientos en contra es difícil de aprenderla en la adolescencia y más todavía si nunca tuvieron que afrontar adversidades por la sobreprotección de los padres. Una actitud cómoda es navegar a la deriva al enfrentarse a problemas y tomar la actitud de víctima, culpando a todos de su mala suerte y sus carencias. Hace unos meses realicé un estudio hacia padres de familia cuestionándolos sobre sus mayores preocupaciones con respecto a sus hijos adolescentes. Muchos de ellos mostraron una gran inquietud con respecto a la actitud de conformismo que demuestran sus hijos: “Mi hijo no se esfuerza y menos si se le dificulta” o “siempre tiene una actitud conformista y siempre el mínimo esfuerzo con sus responsabilidades.” Así como el velero, enseñemos a nuestros a hijos a vencer el viento en contra, no dejándose llevar a la deriva sino avanzar en zigzag venciendo las adversidades con optimismo, perseverancia, tolerancia y esfuerzo para llegar al puerto deseado.