En el trabajo...
Trabajando en la Ciudad de México, ¿qué es lo que más extraña de Monterrey? Voy todos los fines de semana a Monterrey, entonces no extraño porque estoy ahí. Pero lo que quisiera es que Nuevo León regrese a los primeros lugares de competitividad en el país, a los primeros lugares en educación. No podemos estar atrás de los demás porque yo creo que Nuevo León es el mejor estado, el que tiene el mayor potencial y no podemos descuidarlo. ¿Por qué es el mejor estado? Creo que lo distingue el empuje de la gente. Además, hay una tradición de honestidad, de trabajo honrado. Creo que hay una gran capacidad de trabajo conjunto en Nuevo León entre el gobierno, el sector privado y las organizaciones de la sociedad para salir adelante. Ahora tiene grandes instituciones y grandes empresas, pero tenemos que transformar este ánimo en Nuevo León a uno positivo para fomentar el emprendedurismo, recuperar la seguridad y la tranquilidad. Lo que queremos para Nuevo León es que siga siendo el mejor lugar para vivir.
Hoy nadie quiere ser político. ¿Cómo hacer un llamado a los jóvenes? Es muy importante hacer a un lado a los fanfarrones de la política y establecer un gran principio: gobernar es cosa seria y la política es para gente buena. Se puede crear valor desde el sector público de una manera honesta, eficaz, con principios, pero, sobre todo, viendo hacia el futuro, pensando cómo transformar a una comunidad. Se requiere una vocación para la política, pero el llamado va a tener solidez en la medida en que los jóvenes vean que gobernar es cosa seria y no es una cuestión de politiquería o de campañas de fantoches o de fanfarrones.
Ha trabajado en el sector público y el privado, con nueve años en CEMEX, ¿hay coincidencias? Me ha tocado trabajar en los cuatro lados de la mesa: desde el gobierno federal, el del estado, como legislador y en el sector privado. En las cuatro experiencias hay una coincidencia muy importante: la creación de valor. En el sector público creamos valor público, en el sector privado creamos valor para los accionistas. Hay una serie de disciplinas, en el gobierno y en el sector privado, que se entrelazan, se combinan. Entonces, ya sea que la experiencia que uno tuvo en el sector público pueda aprovecharse en el privado o al revés, es una especie de puerta revolvente en la cual se van fortaleciendo las experiencias y se genera valor.
¿Qué se llevó de CEMEX? Fue una gran experiencia trabajar con el ingeniero Lorenzo Zambrano. Pero la disciplina, así como la organización, la eficacia y las mejores prácticas que uno aprende en CEMEX, son de las mejores experiencias que se pueden tener.
En su trabajo hay una presencia local y federal, ¿cómo tener a Nuevo León presente? Nuevo León siempre está en el centro de mi atención. Cuando trabajaba en la Embajada de México en Washington, y negociamos el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, los intereses de Nuevo León estaban siempre presentes porque las empresas de Nuevo León estaban ahí. Pero también la gente de Nuevo León estaba ahí, porque las grandes instituciones universitarias estaban ahí, entonces hasta ahí, en Washington, Nuevo León estaba presente. Lo mismo pasó en Relaciones Exteriores, y por supuesto, cuando fui legislador representando a Nuevo León, no solamente estaba presente en cómo captar más recursos, también al debatir todas las reformas estructurales estaba presente cómo impactarían a mi estado y cuáles serían las consecuencias. Hoy como subsecretario de educación, sin duda Nuevo León está presente. La educación es fundamental para México en general, pero en Nuevo León tenemos que hacer un esfuerzo redoblado. Tenemos 1.5 millones de alumnos, 85,000 maestros, y tenemos 7,700 escuelas. Es un gran reto en Nuevo León mejorar la calidad de la educación. Nuevo León está conmigo presente siempre.