Gossip in the City
El reloj político no se atrasa, ni se adelanta, acostumbraba a decir aquel viejo zorro de la política mexicana que gobernó Nuevo León de 1979 a 1985, don Alfonso Martínez Domínguez, cuando había “destapes” de candidatos en puerta. Pero ahora estamos entrando en la recta final de las campañas presidenciales y aquí tampoco se adelanta o se atrasa el reloj, sino los candidatos, porque aunque caiga como Pedrada unos van muy retrasados y otros más adelantados. Esa es la realidad política que se perfila en una campaña próxima al tercer debate y al cierre de la temporada de proselitismo. Son tiempos complicados no solo en México, también en el mundo. Temblores económicos en el Norte del Continente, erupciones volcánicas más al Centro, y violencia y muerte a lo largo y ancho de este gran país, nos llevan a reflexionar sobre lo que queremos para el futuro. No es fácil cruzar una boleta cuando todos prometen ser el cambio que necesitamos, pero que antes no hicieron nada para concretarlo. Con el dólar y la gasolina Premium por encima de los 20 pesos, habrá que tomar decisiones que nos lleven a mejores puertos, o por lo menos eso nos ofrecen todos los interesados en tomar el timón político del país y solo uno llegará a la silla del capitán del barco. Podemos cerrar los ojos y pensar que vivimos en la mejor ciudad del país y que aquí en San Pedro todo cambiará para que todo siga igual. No será fácil cruzar la boleta federal, pero solo cada seis años tenemos la oportunidad de votar por la continuidad, por lo mismo, o darle un Pedrazo a los de siempre y sacarlos, al menos por un sexenio, de la silla del capitán. Por lo pronto, habrá que esperar el tercer debate…