Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en Texcoco,
Fernando Romero, el arquitecto que ganó el concurso para realizar el
y que cancelaron en 2018, continúa edificando incansablemente la que es su mayor obra desde hace 20 años: su firma Este 2020 cumple, además, 10 años de haber abierto la segunda oficina en por lo que el ex yerno de
divide su tiempo entre ambas ciudades para atender sus numerosos proyectos. Estos los compila en un libro que celebra las dos décadas de su empresa y que muestra la arquitectura que le interesa hacer: “Lejos de la modernidad racional que fue la conciencia de la posguerra, que utiliza las energías de vanguardia y que se siente naturalmente nacida del contexto en el que está”.
No es el primer libro que publica y, sin duda, no será el último. Para Fernando, de 48 años, quien al graduarse de la Ibero trabajó con el famoso arquitecto en Europa, hay pocas cosas tan determinantes para la identidad de un país como su arquitectura. Una, que bien hecha, contribuye a la regeneración del tejido social y promueve la inversión y el desarrollo económico. Pocos saben que en 2017 su despacho ganó el concurso que la empresa
lanzó para construir en nuestro país no se considera una prioridad llevarlo a cabo, se muestra positivo. “Estoy convencido de que esa tecnología se va a traer a México tarde que temprano. Yo decía antes que entre 10 y 15 años, ahora creo que será entre 15 y 25 años para que podamos conectar las ciudades del centro de país”, platicó.
Entre otros proyectos que nos contó, actualmente está realizando un pabellón en México junto al arquitecto japonés
Y es que, independientemente del momento histórico que vivimos, la marca de Fernando Romero continuará apostando por