Adrenalina Submarina
Un gran poder lleva una gran responsabilidad, por lo que en esta edición, Javier Gil acompañado de sus mejores amigos nos comparte los secretos de arponear, una práctica deportiva que nos confiesa que debe respetar a la naturaleza.
Javier Gil ha descubierto en el arponeo, una de sus más grandes pasiones, por lo que seguido lo practica rodeado de sus mejores amigos, a quienes les ha enseñado los beneficios, así como las responsabilidades con la vida marítima que conlleva.
Desde muy chico comenzó a bucear con su papá, momentos que lo llevaron a disfrutar, divertirse y descubrir lo emocionante que era buscar especies comestibles, valor que era un extra, el objetivo fijado siempre era: buscar una especie de buen tamaño, con un buen sabor y que representara un reto atraparla. Al principio lo practicó en aguas someras y con un taque con aire comprimido, pero hace unos años se capacitó con un curso de apnea, en el que vio las ventajas que tenía, además, la dificultad de practicarlo, lo hizo más interesante para él, por lo tanto, más gratificante.
Nos confiesa que una de las cosas que más disfruta es al momento que se sumerge en el mar, ya que se olvida de todas sus preocupaciones y siente una gran paz. “Cada vez que voy es una experiencia completamente diferente a la anterior y esto lo hace muy emocionante. A pesar de ir muy seguido, la inmensidad del mar me sigue asombrando. Un día de arponeo/día en el mar es un día lleno de adrenalina, diversión y aprendizaje”.
Siempre asume con tenacidad grandes retos, por lo que hacer apnea y pesca submarina de noche con la presencia de grandes depredadores como tiburones de distintas variedades, ha sido uno de los más importantes en esta práctica. “La pesca submarina en apnea se practica muy poco aunque hay otros deportes como el buceo con tanque (scuba) que es muy parecido y más común”.
Uno de los objetivos de este deporte de suma importancia para Javier es continuar practicándolo con mucha responsabilidad, en el que se cuide y respete la flora y fauna marina, así como compartir su pasión por esta práctica.
Actualmente lo hace los fines de semana que el mar y el clima lo permiten, el mejor escenario para realizarlo es un día soleado con poco oleaje, sin corriente y con el agua cristalina, un escenario que se logra generalmente en verano: mayo-septiembre. “Lo que más disfruto es la adrenalina que me genera este deporte desde un día antes que empiezo a preparar mi equipo hasta el momento de estar ante un pez a nada de jalar el gatillo, y claro también la convivencia con mis compañeros e interacción con la vida marina”.
Javier nos platica que para practicarlo se necesita una muy buena condición
física. “También es indispensable mucha disciplina para retener el aire varios minutos y tres atmósferas de presión(30 m), además del equipo; si es equipo de free diving mejor, aunque también se puede usar equipo de scuba, también se requiere algo de teoría y práctica, así como un compañero con experiencia que siempre te acompañe”.
Hoy en día, él se encuentra enseñando constantemente a compañeros, quienes han logrado perfeccionar sus habilidades para realizar la pesca submarina y a quienes les ha compartido esta gran pasión y responsabilidad.