‘Todo estaba en silencio’
Ricardo contó que su salida del apartamento 501 fue fortuita, pues acudió a su oficina en el edificio continuo por unas fotografías impresas, que necesitaba para trabajar.
Cuando iba de regreso a su hogar, un vecino le llamó, segundos tardó en voltear para buscar a su conocido, cuando entonces oyó un estruendo. Los siete pisos del edificio se derrumbaron.
El silencio que prosiguió fue terrible, contó Ricardo. Minutos después se sucedieron gritos y lamentos, cuando una cortina de polvo se alzó por encima de su cabeza.
“Todo estaba en silencio, como si todo se hubiera acabado de un jalón”, expresó.
Pasaron un par de horas hasta que rescatistas, bomberos y militares sacaron a los primeros sobrevivientes: dos mujeres.
Vecinos incluso, improvisaron un centro de acopio en las cocheras de sus autos, para ayudar a los rescatistas.
Por su parte, Ricardo Pérez intentó ayudar a los voluntarios, pero el desánimo lo apabullaba por momentos: “No tengo nada, ya me quedé hasta sin zapatos”, lamentó.
Un elemento de la Marina recuperó un par de sus zapatos empolvados para que Ricardo los calzara y un lote de fotografías familiares.
Del resto de las pertenencias de los inquilinos no quedó nada, sólo polvo.