Los buenos modales
Dice Joaquín Sabina, en una de sus tantas canciones,” los buenos modales son esenciales para robar”, y nos llega de golpe esa vieja nostalgia que tenemos los robados. Y es que no solo se trata de cosas materiales, nos roban la confianza, nos roban el sueño, nos roban el futuro, nos roban, nos roban por robar.
Los ladrones intelectuales, es decir los que no se manchan las manos, señalan en descargo de su alma dálmata, que la miseria causa la delincuencia, y abundan que la falta de corrección familiar genera esa laxa conducta necesaria para cometer un crimen. Pero, ahora nos dan una solución infalible, dinero, mucho dinero para que no haya tentaciones en los pobres, que solo competen a los ricos. Ríos de dinero gubernamental para combatir la pobreza y “para reparar el tejido social”. Eso es una moda, un nuevo disfraz para hacerse de la alcancía de los pobres.
Como ya lo había comentado, Celaya, tiene ese amargo y dulce sabor a veneno. En ella habitan 203 mil personas en situación de pobreza, y 28 mil más, viven en pobreza extrema. Casi la mitad de la población celayense, se las ve negras para ajustar las necesidades básicas. Una buena parte de la otra mitad, fluctúa entre la suerte y el azar, entre la resignación y la desesperación. Pero en contraste, tenemos un jugoso botín llamado presupuesto anual, por 2 mil 230 millones de pesos.
¿Cómo podemos calificar un gobierno, que administra los recursos municipales y tiene un saldo social negativo? Le voy a recordar, que la Presidencia municipal, le pide a la ciudad y a los ciudadanos, un presupuesto que le permita desarrollar todas las tareas y obligaciones que por mandato constitucional le atañen. El pide, y se le da. No hay un límite, excepto el que se autoimpone, o para decirlo de otro modo, hace la “lista del gasto”, y lo gasta.
Los analistas dicen que la causa de los problemas es la que debe atacarse, no su manifestación. Si se tiene un diagnostico se tiene la solución, en este caso la solución es el presupuesto, el “gasto”. Si usted observa el presupuesto, sucede que se gasta en los efectos del problema o en rubros que a veces contradicen la condición que pretenden resolver.
Estará de acuerdo que uno de los temas que nos agobian es la delincuencia y el crimen, y por consecuencia, en esos temas debería estar depositado el trabajo e interés de la administración municipal, y no para comprar armas, equipamiento, sino en el desarrollo humano de las personas. Hoy, se gasta cerca de 400 millones de pesos en seguridad pública sin ningún resultado.
Según las formulas, que no son mágicas, sino coherentes, las causas del deterioro social son la pobreza, la falta de empleo, la falta de educación, la falta de cultura, la falta de motivadores espirituales, la falta de deporte, o bien la imposibilidad de acceder a lo antes mencionado. Si el mandato constitucional es muy claro, en el sentido de que el trabajo del Ayuntamiento y su presidente, es garantizar que no haya carencias, ¿por qué no se destina el dinero a ese propósito?
Le voy a dar otra cifra del presupuesto. El año pasado, se destinó a barrer la ciudad 58.6 millones de pesos –no olvide ese número-, en cambio para vivienda, mujeres, juventud, deporte, arte y cultura, se destinó la suma de 36 millones de pesos. ¿Le parece lógico, le parece humano destinar mas dinero a barrer que atender los problemas agobiantes de las personas? Diferencia 22 millones de pesos.
El tema no queda ahí, se gasta en un programa llamado “Celaya nueva imagen” la cantidad de 30.3 millones de pesos, y en la coordinación de educación 18.5 millones de pesos. Diferencia 12 millones de pesos. Si usted piensa un poco en la imagen, no solo nacional sino internacional en la que se ha convertido Celaya, lo único que podemos presumir es el rojo sangre de nuestra ciudad, que no puede ocultar el azul de algunos edificios.
Solo un dato más de los que abundan en el presupuesto de egresos del 2017, que en general no hay mucha diferencia con el actual. Se presupuesta al Patronato de la Feria un gasto de 5.6 millones de pesos –además de lo que obtienen por su guateque, que son aproximadamente como 12 millones de pesos- esa suma la gastan en tres semanas; ahora bien, al parque Xochipilli le proporcionan 1.2 millones de pesos para mantener por un año el único lugar familiar para el deporte y la recreación, la diferencia no es poca, mínimo 15 millones de pesos.
Como la sociedad está quebrada, y el ciudadano Lemus y compañía están muy consternados, se gastan 540 millones para “pegarla”, para repararla, le llaman pomposamente, “reparar el tejido social”. Es decir, para evitar que esas “roturas” nos sigan envinagrando los días. Pero lo cierto, es que la sociedad está abandonada a su suerte, como lo destaco en los ejemplos anteriores.
Puedo seguir señalando mas contrastes abusivos, inhumanos, que solo pueden caber en una cabeza dura, y en un corazón hueco. Esto ha sucedido desde hace años, y se repite cada que llega un nuevo administrador del municipio. Si alguien quiere resolver el problema que genera conductas que vulneran a la sociedad, debe revisar el presupuesto, debe invertir el dinero en las causas que nos debilitan socialmente, no en el maquillaje que envuelve a la ciudad.
Y sí, ya nos roban por robar.
Revolcadero.
Si no van, ellos vienen; si no vienen, ellos van. Los creadores, los promotores, los divulgadores, los fomentadores, los emprendedores, los empresarios interesados en la cultura y el arte, se reunirán el próximo viernes 25 de mayo en el Encuentro municipal de Arte y cultura. Los candidatos a la presidencia municipal de Celaya están obligados moral y socialmente a escucharlos, es su oportunidad.