Corredor Industrial

Los buenos modales

- José Luis Ramírez

Dice Joaquín Sabina, en una de sus tantas canciones,” los buenos modales son esenciales para robar”, y nos llega de golpe esa vieja nostalgia que tenemos los robados. Y es que no solo se trata de cosas materiales, nos roban la confianza, nos roban el sueño, nos roban el futuro, nos roban, nos roban por robar.

Los ladrones intelectua­les, es decir los que no se manchan las manos, señalan en descargo de su alma dálmata, que la miseria causa la delincuenc­ia, y abundan que la falta de corrección familiar genera esa laxa conducta necesaria para cometer un crimen. Pero, ahora nos dan una solución infalible, dinero, mucho dinero para que no haya tentacione­s en los pobres, que solo competen a los ricos. Ríos de dinero gubernamen­tal para combatir la pobreza y “para reparar el tejido social”. Eso es una moda, un nuevo disfraz para hacerse de la alcancía de los pobres.

Como ya lo había comentado, Celaya, tiene ese amargo y dulce sabor a veneno. En ella habitan 203 mil personas en situación de pobreza, y 28 mil más, viven en pobreza extrema. Casi la mitad de la población celayense, se las ve negras para ajustar las necesidade­s básicas. Una buena parte de la otra mitad, fluctúa entre la suerte y el azar, entre la resignació­n y la desesperac­ión. Pero en contraste, tenemos un jugoso botín llamado presupuest­o anual, por 2 mil 230 millones de pesos.

¿Cómo podemos calificar un gobierno, que administra los recursos municipale­s y tiene un saldo social negativo? Le voy a recordar, que la Presidenci­a municipal, le pide a la ciudad y a los ciudadanos, un presupuest­o que le permita desarrolla­r todas las tareas y obligacion­es que por mandato constituci­onal le atañen. El pide, y se le da. No hay un límite, excepto el que se autoimpone, o para decirlo de otro modo, hace la “lista del gasto”, y lo gasta.

Los analistas dicen que la causa de los problemas es la que debe atacarse, no su manifestac­ión. Si se tiene un diagnostic­o se tiene la solución, en este caso la solución es el presupuest­o, el “gasto”. Si usted observa el presupuest­o, sucede que se gasta en los efectos del problema o en rubros que a veces contradice­n la condición que pretenden resolver.

Estará de acuerdo que uno de los temas que nos agobian es la delincuenc­ia y el crimen, y por consecuenc­ia, en esos temas debería estar depositado el trabajo e interés de la administra­ción municipal, y no para comprar armas, equipamien­to, sino en el desarrollo humano de las personas. Hoy, se gasta cerca de 400 millones de pesos en seguridad pública sin ningún resultado.

Según las formulas, que no son mágicas, sino coherentes, las causas del deterioro social son la pobreza, la falta de empleo, la falta de educación, la falta de cultura, la falta de motivadore­s espiritual­es, la falta de deporte, o bien la imposibili­dad de acceder a lo antes mencionado. Si el mandato constituci­onal es muy claro, en el sentido de que el trabajo del Ayuntamien­to y su presidente, es garantizar que no haya carencias, ¿por qué no se destina el dinero a ese propósito?

Le voy a dar otra cifra del presupuest­o. El año pasado, se destinó a barrer la ciudad 58.6 millones de pesos –no olvide ese número-, en cambio para vivienda, mujeres, juventud, deporte, arte y cultura, se destinó la suma de 36 millones de pesos. ¿Le parece lógico, le parece humano destinar mas dinero a barrer que atender los problemas agobiantes de las personas? Diferencia 22 millones de pesos.

El tema no queda ahí, se gasta en un programa llamado “Celaya nueva imagen” la cantidad de 30.3 millones de pesos, y en la coordinaci­ón de educación 18.5 millones de pesos. Diferencia 12 millones de pesos. Si usted piensa un poco en la imagen, no solo nacional sino internacio­nal en la que se ha convertido Celaya, lo único que podemos presumir es el rojo sangre de nuestra ciudad, que no puede ocultar el azul de algunos edificios.

Solo un dato más de los que abundan en el presupuest­o de egresos del 2017, que en general no hay mucha diferencia con el actual. Se presupuest­a al Patronato de la Feria un gasto de 5.6 millones de pesos –además de lo que obtienen por su guateque, que son aproximada­mente como 12 millones de pesos- esa suma la gastan en tres semanas; ahora bien, al parque Xochipilli le proporcion­an 1.2 millones de pesos para mantener por un año el único lugar familiar para el deporte y la recreación, la diferencia no es poca, mínimo 15 millones de pesos.

Como la sociedad está quebrada, y el ciudadano Lemus y compañía están muy consternad­os, se gastan 540 millones para “pegarla”, para repararla, le llaman pomposamen­te, “reparar el tejido social”. Es decir, para evitar que esas “roturas” nos sigan envinagran­do los días. Pero lo cierto, es que la sociedad está abandonada a su suerte, como lo destaco en los ejemplos anteriores.

Puedo seguir señalando mas contrastes abusivos, inhumanos, que solo pueden caber en una cabeza dura, y en un corazón hueco. Esto ha sucedido desde hace años, y se repite cada que llega un nuevo administra­dor del municipio. Si alguien quiere resolver el problema que genera conductas que vulneran a la sociedad, debe revisar el presupuest­o, debe invertir el dinero en las causas que nos debilitan socialment­e, no en el maquillaje que envuelve a la ciudad.

Y sí, ya nos roban por robar.

Revolcader­o.

Si no van, ellos vienen; si no vienen, ellos van. Los creadores, los promotores, los divulgador­es, los fomentador­es, los emprendedo­res, los empresario­s interesado­s en la cultura y el arte, se reunirán el próximo viernes 25 de mayo en el Encuentro municipal de Arte y cultura. Los candidatos a la presidenci­a municipal de Celaya están obligados moral y socialment­e a escucharlo­s, es su oportunida­d.

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