Corredor Industrial

El viejo y el mar

- Prof. Jorge Gordillo

Saludos alegres para los niños, para sus papás y para sus abuelos! El libro fue escrito por Ernest M. Hemingway, quien fue Premio Nobel de Literatura. ¿Qué puede admirarse en el libro? Las descripcio­nes, los diálogos entre dos personas quienes son el propio viejo de nombre Santiago y su discípulo, un niño-joven de nombre Manuel y también los diálogos entre el viejo Santiago con el mar y con el enorme pez que logró pescar. Leamos una agradable descripció­n: “Santiago era un viejo que pescaba solo en un bote en las corrientes del Golfo y tenía ochenta y cuatro días que no atrapaba un pez. En esos primeros cuarenta días, había estado con él un muchacho de nombre Manuel que lo admiraba mucho y que confiaba que el viejo iba a salir de la mala racha en la que estaba, pero después de esos cuarenta días los padres del muchacho le dijeron que el pobre viejo estaba “salao”, que significa que estaba atrapado por el peor tipo de mala suerte que existía para un marinero, y los padres del muchacho le pidieron que mejor saliera con otro barco. Manolo se ponía muy triste cada día que veía regresar al viejo con su bote vacío, pero siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bichero (que es un palo que normalment­e usan los marineros para ayudarse a desatascar los barcos de la arena) y también lo ayudaba con el arpón y la vela enrollada al mástil, que estaba tan vieja que la tenía toda parchada con sacos de harina y enrollada, parecía una vieja bandera pirata que había perdido demasiadas batallas. El viejo Santiago tenía enormes arrugas en la parte posterior del cuello. Tenía algunas pecas en la cara y en las manos por tantos años de haber estado bajo el sol. En las manos tenía unas enormes cicatrices causadas por tanto trabajo duro con las cuerdas cuando los grandes peces jalonean, pero ni las manchas en la piel ni las cicatrices en las manos eran recientes… Eran tan viejas como él. Todo en él era viejo excepto sus ojos, éstos eran del mismo color del mar y eran alegres e invictos, su espíritu, a pesar de los años, seguía firme.” Leamos ahora un diálogo entre Santiago el viejo y Manuel su alumno: – “¡Santiago! Si usted quiere, puedo volver a trabajar aquí. He hecho algo de dinero en el otro barco y me gustaría ayudarle. El viejo le había enseñado a pescar al joven, y en verdad le tenía mucho cariño. –No, gracias. Ese bote en el que sales tiene buena suerte, mejor sigue con ellos. – Sí, pero recuerda que una vez tuvimos ochenta y siete días sin pescar y un día salimos y encontramo­s esos peces enormes diario, durante tres semanas. – Claro que lo recuerdo, y yo sé que no me dejaste porque hubiéramos perdido la esperanza. – Me obligó mi papá, aún soy niño y tengo que obedecerlo… – Lo entiendo perfectame­nte, es lo normal. – Papá no tiene mucha fe. –No. Pero nosotros sí ¿verdad? –Sí –dijo el muchacho –. ¿Al menos me deja comprarle una cerveza de La Terraza? Luego llevamos las cosas a la casa. –¿Por qué no? –dijo el viejo – entre los pescadores. Muchos de los pescadores se reían del viejo, pero eso a él no le molestaba. –¿Santiago? –dijo el muchacho. –¿Qué? –dijo el viejo. –¿Puedo ir a buscarle sardinas para mañana? –No. Ve a jugar béisbol. Todavía puedo remar y Rogelio puede ayudarme. –Es sólo que me gustaría ayudarle de alguna forma, si de todas formas no me puedo ir con usted… – Me has pagado una cerveza. Con eso ya eres un hombre. –¿Qué edad tenía cuando me llevó por primera vez en su bote? –dijo el muchacho. –Cinco años. Y casi te mueres cuando subí aquel pez demasiado vivo que estuvo a punto de destrozar todo el bote. ¿Te acuerdas? –Me acuerdo que brincaba y daba de coletazos y que el barco se rompía. Me acuerdo del ruido de los garrotazos, el olor a sangre, el barco moviéndose de un lado a otro hasta que usted me arrojó a la proa sobre los sedales mojados para salvarme”. Lástima, el espacio no me dio para que disfrutara­n ustedes los diálogos de Manuel con el pez grande que pescó. Nos leeremos en la próxima. El pilón filosófico: “El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va”.

FICHA TÉCNICA TÍTULO: El viejo y el mar.

AUTOR: Ernest Hemingway.

EDITORIAL: Época.

PRECIO: $38.00

CAPTURISTA: S. Guadalupe Balderas Butanda.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico