Seres humanos vs. Carpetas
Hace poco más de un año se lanzó el proyecto de observatorio ciudadano Irapuato cómo vamos con un despliegue poco usual de espectaculares y redes sociales. Aunque fue concebido con un abanico muy amplio de áreas de observación: Ciudad Humana, Gobierno eficiente y confiable, Seguridad, justicia y derechos humanos, la organización se ha enfocado en presentar informes sobre el estado de la seguridad en nuestro municipio de una forma periódica y consistente mediante un boletín hemerográfico y un reporte de incidencia delictiva.
El primero recopila la información de los diversos medios periodísticos locales para realizar un conteo de delitos, por ejemplo, homicidios dolosos, robos a negocios, etc. Con estos datos traza un mapa de incidencia por colonia para indicar focos rojos. Por otra parte, el reporte de incidencia delictiva reprocesa las estadísticas del semáforo delictivo (que puede consultarse en: http://guanajuato.semaforo. com.mx/ ), para hacer un seguimiento delito por delito, mostrar tendencias y, a través de datos concretos, ejercer presión sobre las autoridades para que mejoren su desempeño.
Hay que aplaudir que a lo largo del año los informes siguen presentándose en tiempo y forma, también que han descubierto problemas en la información estadística generada por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP)– cuyos datos abrevan de los órganos análogos de nuestro estado. El más bochornoso se obtiene al comparar el número de homicidios dolosos entre las dos fuentes, el boletín hemerográfico y el semáforo delictivo.
Para resumirlo llanamente, a la procuración de justicia y a los organismos de seguridad, como en cualquier buen cuento de burócratas kafkiano, le importan más las carpetas que la gente. Las cifras de homicidios que emite no se basan en la cantidad de personas ejecutadas sino en la cantidad de carpetas de investigación abiertas. De esta forma, el conteo siempre se encuentra por debajo de la cifra real de víctimas, y es imposible de comparar con los estándares internacionales.
Voy al reporte de Homicidio doloso durante todo 2017. El observatorio ciudadano presentó una gráfica donde compara las cifras del SESNSP, que reunió 71 carpetas de investigación, contra 133 registradas por los medios de comunicación. El total de víctimas fue de 162, por lo cual es fácilmente deducible que hay carpetas de investigación abiertas por casos múltiples que no entran en las cifras oficiales. Si la diferencia de cantidades le parece desproporcionada y vergonzosa, le diré que no ha variado: En el primer trimestre de 2018 el SESNSP refiere 63 carpetas abiertas una de ellas por feminicidio, mientras el conteo hemerográfico habla de 78 homicidios. No sobra decir tampoco que es el índice más alto registrado hasta la fecha y casi duplica el del mismo periodo del año pasado.
Podemos convenir en la importancia de contar con cifras confiables y también que un ser humano se diferencia por mucho de un folder o expediente; pero parece imposible cambiar la mentalidad de nuestras autoridades, que prefieren hablar de números y no de nombres y apellidos. Y también gustan de términos cliché como “daño colateral” o “puerta giratoria” para evadir sus responsabilidades.
Es importante la difusión de estas estadísticas, pero no debemos dejar de preguntar qué se ha hecho por aclarar las diferencias entre los conteos, o mejor, ¿se está haciendo algo por determinar dónde están o si se están investigando los crímenes de las víctimas faltantes?
También es urgente rebasar el simple conteo de muertos para crear nuevos indicadores que permitan hacer un seguimiento más preciso a la eficacia de las investigaciones. ¿Cuántas de esas carpetas finalizan con una sentencia o con un inculpado frente a un juez? ¿Cuántas en una condena? Sólo mediante índices o seguimientos estrictos a la procuración de justicia podemos combatir de forma eficiente la impunidad. Y sólo abatiendo ésta podemos soñar con disminuir los índices delictivos y dejarnos de triquiñuelas en la cifras. ¿Existe algún índice actual que nos permita medir de forma eficaz el trabajo de nuestra procuración de justicia y que hable de víctimas, no de fólderes?
Creo que este trabajo es pertinente a cualquier observatorio ciudadano. Pero principalmente, al poder ejecutivo, ese mismo que sabiéndose encargado de la procuración de justicia se queja de las leyes chuecas y del pobre trabajo del sistema judicial. ¿En realidad está sólo allí el problema?
Si desea conocer los informes mencionados en este artículo, puede descargarlos de forma gratuita en: http://irapuatocomovamos.org/