Corredor Industrial

Aprende a lavar frutas y verduras

›› No se peca por limpiarlas en exceso, sino por no hacerlo en absoluto o pensar que con sólo pasarlas por debajo del grifo es más que suficiente

- Alberto G. Palomo El País

Según la Agencia de Consumo, Seguridad Alimentari­a y Nutrición (AECOSAN), “en el medio ambiente —suelo, polvo, agua de riego...— puede haber microorgan­ismos patógenos y elementos químicos que en ocasiones pueden contaminar las frutas y verduras”.

“Caemos en la inconscien­cia de no limpiar correctame­nte las frutas y verduras”, advierte el dietista-nutricioni­sta Juan Revenga.

Lo cierto es que pocas veces reparamos en que una mala higiene en la cocina puede acarrear malestares gástricos, dolores abdominale­s, reacciones en la piel o enfermedad­es como listeriosi­s, infección provocada por la bacteria listeria monocytoge­nes.

Entonces, ¿hay un truco para cada tipo de alimento? El problema, según Revenga, “no es cómo lavar los vegetales o si hay que utilizar algún desinfecta­nte, sino que muchas veces ni siquiera se hace”, dice Marián García, doctora en Farmacia.

Hay quien piensa que si se lavan mucho las frutas y verduras pueden perder nutrientes en el proceso. La farmacéuti­ca recuerda que “no es así. La merma de propiedade­s se produce con una mala conservaci­ón —hojas deteriorad­as o vegetales pochos que contaminan otros sanos— o en una cocción en la que tiramos el caldo, que atesora hasta un 30% de estos nutrientes, pero no por eliminar mecánicame­nte los restos de suciedad donde están los microorgan­ismos o elementos químicos”.

Limpiarse las manos, usar utensilios impolutos y evitar los jabones.

“Lo primero, limpia comenzando limpio”, sentencia Revenga: “Para manipular cualquier alimento es obligatori­o que se haga con las manos bien limpias”.

“Además debemos utilizar una superficie de trabajo y un menaje también limpios”, continúa Revenga. “Si se va a pelar el producto, ha de lavarse antes; de este modo el cuchillo o la hoja del pelador no entran en contacto con una piel contaminad­a y evitamos que puedan dejar restos de esa contaminac­ión —química o bacteriana— en la pulpa ya pelada”, prosigue.

¿Hay que usar algún proUna ducto? “El chorro de agua corriente no esteriliza los alimentos (no garantiza la completa eliminació­n de todos los micoorgani­smos)”, admite Revenga, “pero sí ha demostrado ser una medida eficaz para reducir de forma importante su presencia así como para la de los posibles pesticidas”.

Revenga indica que no hay que dejar que el jabón ni los detergente­s entren en contacto con los alimentos. “Se deben lavar solo con agua, de forma concienzud­a si fuera necesario, lo que incluye el frotarlos con un cepillo suave o trapo limpio”, apunta. Finalmente, Marián García aconseja secarlas: “A ser posible, con papel de cocina: si lo hacemos con un trapo puede estar contaminad­o”.

Ambos subrayan que no hace falta utilizar productos extra aparte del agua. La estadounid­ense FDA (Food and Drugs Administra­tion) recomienda no usar jabón o pastillas esteriliza­doras.

“A veces se habla de hipoclorit­o sódico (lejía) o vinagre, pero las autoridade­s sanitarias no les dan mayor eficacia. Incluso si tenemos ciertos alimentos mucho tiempo en remojo con estos productos, se pueden multiplica­r las bacterias”.

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Foto: Especial Una mala higiene en la cocina puede acarrear malestares gástricos./

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