Bienvenido el cambio de generaciones
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Primero quiero agradecer mucho la oportunidad de tener un intercambio de ideas con ustedes, jóvenes universitarios que están a una o dos generaciones de distancia de la mía.
Cuando ustedes apenas esperaban en el destino ver la luz del mundo, nace un proyecto editorial nuevo para Guanajuato, el periódico am en 1978.
Acepté con gusto estar hoy aquí porque celebramos este 21 de mayo cuatro décadas de am. Es una fecha significativa para la empresa que dirijo desde hace 39 años, por muchas razones puede ser de su interés como tema de la comunicación en nuestra entidad.
Si revisamos la historia reciente de León, vemos que hubo eventos concurrentes en la cultura y el desarrollo. En la década de los setentas nacen varias universidades. La Universidad del Bajío, el Tecnológico de Monterrey instala su campus León, la Universidad Iberoamericana también. La Salle de hoy comienza un crecimiento vertiginoso hasta convertirse en la institución educativa privada más importante de Guanajuato.
Hace cuarenta años nos gobernaba una “Junta de Administración Civil”, encabezada por el ejemplar empresario Roberto Plasencia Saldaña. Ese Ayuntamiento era fruto de la primera derrota del PRI en León. Era la semilla de muchos cambios que vendrían en la ciudad, el estado y el país.
En 1978 la libertad de prensa era limitada. Las organizaciones y empresas de medios debían plegarse a ciertas normas no escritas de autocensura y censura.
Sólo el Gobierno podía vender papel periódico bajo cuotas que autorizaba la Secretaría de Gobernación. Podíamos publicar lo que quisiéramos siempre y cuando no excediéramos la frontera del un ataque frontal al “sistema”. Pero había espacios que se expandían y era tarea nuestra abrir el periódico a todas las corrientes políticas y de pensamiento. Nuestro primer empeño fue de libertad y pluralidad.
Los medios eran tres: la televisión abierta, la radio y la prensa. Nacía entonces la revista Proceso que editaba sin censura los primeros reportajes críticos y duros contra el llamado “sistema priísta”. En Monterrey, el primer periódico independiente, El Norte, se enfrentaba con absoluta libertad y bravura a Luis Echeverría y a su sucesor, José López Portillo. Representaba los intereses y las aspiraciones de una ciudad emprendedora que había sido lastimada con el asesinato de su líder, Eugenio Garza Sada, fundador del Tecnológico de Monterrey.
En las págicnas de am surgían los primeros desencuentros entre prensa y Gobierno, pero también entre am y el sector empresarial. La libertad de expresión no sólo era vulnerada por el poder político sino también por el poder de algunos líderes empresariales.
Les platico esto porque fueron años difíciles donde el liderazgo en lectores lo tenía El Heraldo, en primer lugar y luego El Sol de León. Pero a los diez años vino la primera prueba de libertad en 1988, cuando competían por la presidencia de la República, Carlos Salinas de Gortari, Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel Clouthier.
Esa misma mañana del 6 de julio, el entonces gobernador, Rafael Corrales Ayala, había tratado de favorecer a su partido el PRI con el último gran fraude electoral.
“Rellenan las urnas” fue el encabezado de am al siguiente día. A la redacción del periódico llegaron decenas de ciudadanos con costales de boletas cruzadas a favor del PRI.
En la primera encuesta de intención de voto que se realizaba en Guanajuato por un medio impreso, habíamos pronosticado que el PAN ganaría León en los tres distritos electorales. Así fue, a pesar de que el PRI metió 155 mil boletas en las urnas antes de que llegaran los electores a votar. Los comicios estaban a cargo de la Secretaría de Gobierno, desde la que se había urdido el fraude.
Ese día pasamos del tercer al segundo lugar en circulación. La gente quería saber la verdad. Los otros medios se plegaron a la narrativa oficial de un falso triunfo del PRI. Nos dejaban la cancha libre para reportar con exactitud y verdad.
Al paso del tiempo el PAN consolidó su ventaja en León. Carlos Medina gana la alcaldía ese mismo año. Luego viene la elección de gobernador en 1991, cuando Ramón Aguirre ganó a Vicente Fox con el uso de los fondos públicos. Fox se revela, Salinas hace renunciar a Aguirre, le da a Medina la gubernatura y am se consolida como líder absoluto en circulación. Habíamos registrado sin partidismo y con periodismo serio la llegada del PAN al poder.
LA APERTURA
El presidente Carlos Salinas de Gortari abre las fronteras a la libre importación de papel. Sabía que el TLC no se vería bien con mordazas y condicionamientos a la prensa. Había prometido llevar a México al Primer Mundo y ese mundo es democrático y libre. Esa apertura cambió las reglas del juego. Ya no estábamos en manos de PIPSA, la empresa monopolio del Gobierno.
Fue en esa década de los 90, cuando surge su generación, la llamada del Milenio. Con ustedes nace el Internet, la invención más grande de finales del siglo pasado. Una tecnología desarrollada por un científico del CERN en Europa que podía tener fines militares en caso de guerra. Primero las universidades y los centros de investigación comenzaron a comunicarse en la red. Luego, con el primer “navegador” popular llamado Mosaic viene el boom de las comunicaciones.
En pocos años el mundo se conecta y comienza un crecimiento geométrico de la velocidad de procesamiento y la capacidad de almacenamiento de datos. Nace la ley de Moore. Uno de los directivos de Intel predice, “La capacidad y la velocidad de cómputo se duplicaría cada 18 meses”. Una ley que más o menos se ha mantenido hasta hoy, cuando se pueden comprar discos de 15 terabytes o Macs con la capacidad de procesar 11 Teraflops.
CAMBIO DE GENERACIÓN
La historia la mueven los cambios de generaciones, decía el filósofo José Ortega y Gasset. Son las mujeres y los hombres jóvenes quienes empujan los cambios y gozan de las transformaciones tecnológicas, sociales y culturales de la época. Dicho coloquialmente, ustedes nos empujan a los archivos de la historia porque les toca decidir el rumbo del destino presente y futuro.
Sí, la historia fue nuestra en esos cuarenta años de cambios donde se consolidó la democracia, se conquistaron múltiples libertades (de las que podemos hablar con más calma) y caímos en retos formidables como la explosión de la impunidad y la criminalidad.
Antes del Internet tenía en la oficina una mordaz caricatura de A.J. Liebling, un crítico de los medios norteamericanos de mitades del siglo pasado. Él argumentaba que “La libertad de prensa pertenece a aquellos que tienen una”. Es decir, en los setentas la forma más económica y eficaz de distribuir información era a través de los periódicos impresos. Quienes tenían una imprenta y una organización editorial, eran dueños de la libertad de publicar. Claro también la radio y la televisión, reservadas para unos cuantos, tenían para ellos esa libertad. Los ciudadanos podían comunicarse por teléfono, por carta o con revistas y panfletos.
En términos de mercadotecnia, las barreras de entrada eran enormes. Se requería mucho capital y una buena dosis de audacia para instalar un periódico. Muchos empresarios quedaban en el intento de hacerlo por el alto costo y los sistemas de distribución cerrados de los medios existentes.
Ahora, si les pido que ustedes levanten la mano y muestren su teléfono, tienen, por una mínima inversión, la libertad de salir al aire con textos, videos o podcasts. Pueden hacer prensa, radio y televisión desde su celular. Nada se los impide.
La generación Z vendrá recargada. La abundancia de información y oportunidades no tiene precedentes en la historia de la humanidad. La maravilla de acceder a toda la información de la humanidad y a las mejores universidades y maestros del mundo están al alcance de su mano por unos cuantos pesos.
Facebook, Instagram, Twitter, Snap, Youtube y Linkedin; Google y Yahoo son las plataformas que desfilan con la capacidad de transmitir programas en vivo, reportajes o series de televisión. La capacidad de almacenamiento de las granjas de servidores parece infinita.
Pero ese mismo Internet es la mano de Dios con la cola del Diablo. Las fuerzas oscuras de la pornografía infantil, el terrorismo o las peores perversidades humanas aparecen en esos sitios. Elecciones son manipuladas, reputaciones aniquiladas y el hurto de datos personales vulnera la privacidad en Occidente, donde vivimos en sociedades abiertas. En el futuro México tendrá que legislar sobre el tema, como lo hace ya Alemania y en general los países de la Unión Eu- ropea que inauguran nuevas regulaciones a partir del próximo viernes.
Tómese como ejemplo un reportaje recién publicado ayer en The New York Times, donde relatan el esfuerzo que hace Facebook en Alemania para purgar su sitio los más bajos contenidos. Mil 200 “curadores” de contenido analizan los límites de la libertad. Eliminan el lenguaje de odio de grupos Nazis, las imágenes de tortura infantil o los asesinatos en pleno video. Eliminan mensajes de reclutamiento para terroristas y tratan de mantener a su empresa libre de sanciones económicas enormes que ha marcado el gobierno Alemán.
Otros fenómenos indeseables del auge del móvil son la pérdida de capacidad de enfoque y concentración de los usuarios; la adicción a los contenidos y comunicados de WhatsApp, los accidentes viales y hasta el aislamiento social por la postración ante las pantallas.
Lo divino está en el aprendizaje, nunca una generación tuvo tanto acceso a la autoformación como ustedes. Para nuestros hijos y nietos viene el último grito de la moda cibernética, el invento más poderoso de principios del Siglo XXI: la Inteligencia Artificial. Significa el crecimiento geométrico de las capacidades humanas frente al mundo.
Solo este tema merece un congreso en esta gran universidad.
Ah, si me preguntan sobre el periodismo en esta época, curiosamente tiene la misma tarea de siempre, sólo que elevada a la “n” potencia: buscar la verdad en los hechos cotidianos de nuestras comunidades, explicar el mundo, la ciencia, las humanidades y las sociedades mismas con precisión y verdad.
El periodismo de hoy tiene la tarea de buscar la transparencia en los actos de Gobierno, descubrir las fuerzas del cambio y hacer más comprensible todo lo que sucede a nuestro alrededor. De paso, eliminar las noticias falsas o Fake News con noticias claras y ciertas. No importa el medio que usemos, desde el papel hasta el smartphone. Gracias de nuevo y felicidades por organizar este encuentro de luz, amistad y conocimiento.