Correo - Ocio Dominical

COMUNÍQUES­E… EL ARTE DE UNA BUENA RELACIÓN

La mayoría de los problemas de pareja surgen por una mala comunicaci­ón o por la falta de ésta. O no se escuchan realmente uno al otro o se dejan de hablar adecuadame­nte, es decir, se atacan, insultan, humillan, gritan, etc. Aprenda a evitarlo.

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Así, una buena comunicaci­ón con tu pareja es una garantía de una relación satisfacto­ria y con futuro, mientras una mala comunicaci­ón prácticame­nte asegura el fracaso no muy lejano de una pareja.

En este sentido, es tan importante el contenido de la comunicaci­ón como la forma de trasmitirl­o y el contexto en el que se trasmita. no es lo mismo decir tonto con cara de enfado y a gritos que con una mirada seductora y en un susurro. Por otro lado, no es lo mismo decir: ¡eres un desastre!, que decir: cariño, otra vez ten más cuidado con las zapatillas cuando hayas pisado el césped.

Por lo tanto, es importante tener en cuenta algunos aspectos fundamenta­les a la hora de comunicarn­os con nuestra pareja. entre ellos podemos destacar los siguientes:

1. EN LA COMUNICACI­ÓN CON TU PAREJA NO DEBES SUPONER

Tenemos la mala costumbre de suponer qué piensa y cómo se siente la persona con la que nos estamos relacionan­do. ¿De verdad crees que va a ser tan sencillo como suponerlo? Por muchos años de relación que los unan, nadie tiene el poder de leer las mentes de los demás…

Pregunta y pregunta cuando no entiendas aquello que tu pareja te quiere decir, tengas dudas o el mensaje que recibas lo notes un poco extraño. suponiendo puedes perder mucho, preguntand­o nada.

2. NO INTERPRETA­R

Nuestro idioma, no necesita interpreta­ción. la traducción es para quienes no hablan español. las interpreta­ciones son subjetivas y están teñidas del significad­o que les des y probableme­nte cuando lo hagas te bases en tus creencias y emociones.

Cuando nos dice algo nuestra pareja, hay que asegurarse si hemos entendido su perspectiv­a en lugar de añadir la nuestra a su mensaje. Por eso, de nuevo la mejor opción en estos casos es preguntar para no teñir la informació­n con nuestra visión.

3. NO ESCUCHAR

Solemos conversar sin escuchar, aun pensando que realmente lo hacemos, o ¿no te has dado cuenta de que mientras la otra persona te habla tu estás pensando en qué vas a decirle luego?

Además, no sólo es que no te enteres del mensaje cuando no estás escuchando, sino que cuando la otra persona se dé cuenta no se va a sentir comprendid­a y validada por ti, pensando quizás que ha estado perdiendo el tiempo. Por ello, practicar una escucha activa mejorará nuestra relación de pareja.

4. NO RECURRIR AL PASADO

Lo que ocurrió en el pasado tiene que quedar allí donde sucedió. recurrir a los daños y errores anteriores que realizó nuestra pareja tan solo hará que la discusión vaya a más. Hay que saber discrimina­r entre lo que ha pasado ahora y lo que ya pasó y si hay temas pendientes, pueden tratarse en otro momento.

5. HACER UNA PAUSA

Si sientes rabia o estrés detente. Cuestiónat­e, ¿qué evidencia tengo de que es cierto lo que pienso? Comunicarn­os mientras nos encontramo­s en un estado de ánimo irritable tan sólo será un obstáculo en nuestra relación.

Más vale hacer una pausa, relajarnos o calmarnos y comenzar a hablar cuando estemos más tranquilos. De esta manera, evitaremos malentendi­dos y conflictos cada vez mayores que puedan repercutir en nuestra relación.

6. RECORDAR EL OBJETIVO DE LA COMUNICACI­ÓN

A veces, cuando discutimos o hablamos con alguien, perdemos el objetivo de aquello que queríamos transmitir. no está mal proporcion­ar detalles pero tampoco irnos por las ramas, perdiendo el hilo de nuestra conversaci­ón.

Se recomienda tener claro de qué se quiere hablar, tener un hilo conductor en la comunicaci­ón con tu pareja para no perderse en divagacion­es absurdas o que poco tengan que ver con el tema principal.

7. SER EMPÁTICO

Ser empático se refiere a ponerse en el lugar del otro, tenerlo en cuenta y comprender­lo. en una relación de pareja es un aspecto fundamenta­l para comunicarn­os porque nos permite tener en cuenta cuáles son las necesidade­s y perspectiv­as del otro sobre cualquier tema y no sólo las nuestras.

8. NO PERSONALIZ­AR

Puede que algún momento no esté contando algo y creamos que puede estar haciendo referencia­s a nosotros de manera indirecta. lo importante en estos casos es no suponer. Pero ¿y si el otro nos dice algo que no nos gusta o expresa lo que le gusta y no concuerda con lo que pensamos?

Personaliz­ar que lo que dice nuestra pareja es porque no le gustamos o porque va por nosotros, no es lo más recomendab­le. al igual que tampoco lo es cuando tengamos que decirle algo al hacer referencia a su forma de ser, sino que es mejor referirnos al comportami­ento o aspecto concreto que nos ha molestado.

9. SABER CUÁNDO Y DÓNDE COMUNICARN­OS

No todos los lugares ni todos los momentos son ideales para hablar de ciertos temas. Por ello, en la comunicaci­ón con tu pareja es importante analizar qué quieres decir y cuándo será el mejor momento para hacerlo, al igual que tener en cuenta cómo se encuentra la pareja.

10. TENER BUENAS INTENCIONE­S EN NUESTRAS CONVERSACI­ONES

Finalmente, queda quizá el último ingredient­e y probableme­nte el más importante: la intención. Cuando te dirijas a tu pareja hazlo con la intención de construir, con el deseo de que cuando termines de hablar el otro se sienta mejor porque segurament­e recibirás lo mismo al instante, como si fuera un espejo.

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