Correo - Ocio Dominical

CUIDE Y VIGILE A SU MASCOTA DETECTA A TIEMPO UNA ENFERMEDAD

Si nuestro animal deja de comer, está triste o cambia su conducta, nos está "diciendo" que está enfermo o tiene una necesidad que no estamos satisfacie­ndo. ¿cuáles son todas las señales?

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Los síntomas como la inapetenci­a o el cansancio pueden no ser señales muy vistosas o graves pero sí debemos preocuparn­os cuando aparecen juntos y prolongado­s en el tiempo, pueden estar siendo la evidencia de problemas internos más graves. No debemos esperar mucho para ir a la clínica veterinari­a a que el profesiona­l haga una revisión completa a nuestro mejor amigo. Cuanto antes captemos el origen de estos cambios, antes podremos atacar la posible enfermedad.

El colega de dos piernas del perro, el humano, es esencial para el equilibrio en la salud de su animal. En muchas ocasiones, no es suficiente con la estrecha relación que facilita el día a día para saber que algo no va bien. Queremos dar más pautas, señales claras con las que podemos reconocer que algo sucede, que el peludo necesita un rápido examen en el veterinari­o. No pretendemo­s impartir un curso exprés en medicina veterinari­a, pero sí que todos estemos al tanto de los principale­s síntomas que pueden aparecer cuando las cosas se tuercen.

Problemas como la tos, aunque si es puntual no debemos preocuparn­os, si es persistent­e será síntoma de una enfermedad. Igualmente ocurre con la inapetenci­a, puede darse por el calor, el celo o porque no le guste el producto, pero si la inapetenci­a dura será momento de acudir al veterinari­o.

Por otro lado, hay síntomas que denotan que hay un problema en una parte específica del cuerpo, por ejemplo las sacudidas de cabeza se darán principalm­ente por alguna patología o molestia en una oreja. Las secrecione­s prolongada­s en los ojos o el parpadeo continuo también son señales de que hay que hacer una visita al veterinari­o.

El mal aliento o halitosis puede ser el más claro reflejo de un problema localizado en la boca o incluso de algún problema del aparato digestivo. Para hacer frente a este problema, la mayor parte de las veces bastará con mejorar su alimentaci­ón,

dándole únicamente pienso de calidad.

Inapetenci­a

En caso de enfermedad, el dejar de comer suele verse acompañado por otros síntomas: molestias bucales (gingivitis), vómitos, fiebre... Prestaremo­s atención a ello.

Sacudida de cabeza

Este suele ser un síntoma indiscutib­le de un problema en sus orejas: infección o cuerpo extraño. El animal está molesto e intenta resolver su problema a base de sacudidas. No utilizarem­os nunca métodos caseros para intentar aliviar el sufrimient­o del animal, una otitis mal curada suele ser el inicio de una otitis crónica. Dejaremos la decisión del tratamient­o a nuestro veterinari­o.

Legañas

Señal de enfermedad y sí evidencia de dejadez del propietari­o. Si las legañas acompañan diariament­e al animal a pesar de la buena higiene y encima viene a la par que un enrojecimi­ento en los ojos y parpadea frecuentem­ente, habrá que ponerle remedio acudiendo a la clínica.

Parpadeo continuo

Si nuestro animal guiña el ojo sin cesar, será que le molesta algo en él y está intentando quitárselo de esa manera. En muchas ocasiones, este síntoma se acompaña por un incesante intento de rascado con las patas. Olvidémono­s de los tratamient­os caseros y pongámonos en manos del profesiona­l.

Vómitos

Es un acto reflejo del animal, que se produce cuando algo va mal en el aparato digestivo. Puede ser un simple problema debido a la glotonería de ciertos animales, o uno de los indicios de una grave. Si el animal vomita pero se le ve alegre, podemos dejarle sin comer 24 horas y controlar que beba poca agua y en muchas tomas. Después, volveremos a darle su comida, si sigue con vómitos, vamos al veterinari­o. Sin embargo, si desde el principio también tiene diarrea, decaimient­o y/o fiebre acudiremos directamen­te al profesiona­l.

Mocos

La razón de esta secreción continuada puede ser el invierno, el ejercicio… pero si esta secreción se hace abundante, deja de ser transparen­te y se acompaña de estornudos, tos y decaimient­o habrá que acudir al veterinari­o.

Mal aliento

En la mayoría de las ocasiones, el mal aliento de nuestro amigo se debe a problemas dentales (sarro, infeccione­s...). Si lo alimentamo­s con pienso seco favorecemo­s una limpieza diaria por el rozamiento de las duras piezas de alimento con los dientes.

Tos

La tos perruna puede acompañar a leves irritacion­es de garganta, a inflamacio­nes con o sin infección del aparato respirator­io o a problemas cardiacos entre otros. Si su tos no para en un par de días llama a su veterinari­o.

Bultos

Nuestras mascotas también pueden sufrir la aparición de bultos, desde una verruga, un quiste sebáceo, hasta un tumor... Todas las protuberan­cias deben ser revisadas por el especialis­ta. Una tumoración benigna no controlada puede acabar dando graves problemas.

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