Resurge el México solidario
Otro terremoto vuelve a unir a la gente en la tarea común del rescate
Un grupo de brigadistas acarreaba cubetas de piedras y tierra sobre la calle Torreón, en la colonia Roma Sur, cuando el edificio del que sacaban los escombros terminó de venirse abajo.
El estruendo rompió el silencio que habían formado los espontáneos brigadistas, que intentaban escuchar si, de entre las ruinas, surgía el grito de alguien pidiendo auxilio.
Uno de los edificios que colapsaron en el sismo de este martes se ubica sobre el Viaducto Miguel Alemán, entre Torreón y la Cerrada Bajío, a unas calles de Parque Delta.
Hasta ahí llegaron Bomberos, personal de Protección Civil, la Cruz Roja y decenas de policías. Pero, también, cientos de hombres y mujeres que, en cuestión de minutos, formaron una línea desde Viaducto hasta Obrero Mundial. Un corredor de manos que se pasaba entre sí botes llenos de tierra, pedazos de pared, vigas, varillas, grandes rocas; los restos de un edificio de departamentos de cuatro niveles en donde se espera que pueda haber alguien con vida.
Del otro lado, sobre Viaducto, otro grupo de espontáneos estacionó una camioneta Pick Up cargada con garrafones de agua.
CUBETA EN MANO
En la esquina de San Luis Potosí y Medellín, en la Roma Norte, un montón de escombros son escalados por hombres vestidos con chalecos anaranjados.
Alrededor del edificio colapsado, se han formado vallas de muchachos y muchachas que llegaron, cubeta en mano, a ver en qué podían ayudar.
Desde lo alto de la montaña de escombros, un hombre grita instrucciones: “apaguen su celular, guarden silencio, ¡cállense!”. De boca en boca, esas instrucciones avanzan hasta 15 metros, en la misma valla que, mientras pasa el mensaje, acarrea escombros de mano en mano. Se pide silencio para tratar de escuchar a algún sobreviviente.
En la calle de Medellín, otros vecinos se han apostado en los cruceros para acordonar la zona.
La Policía de Tránsito está ocupada tratando de controlar el caos sobre avenida Insurgentes, donde se reportan varias fugas de gas.
Los espontáneos se encargan de hacer lo que la Policía no alcanza a hacer. Algunos con silbatos, otros con cartulinas improvisadas, frenan y dan el paso a vehículos y peatones.