POR FIN, ADIóS A DANIEL CAMPOS

En el perfil anticlimático e inexpresivo del alcalde de León, Héctor López Santillana, nadie puede asegurar que su relación con el director de Desarrollo Social Daniel Campos Lango era imposible pero es innegable que era mucho el ruido que le causaba y poco el respeto que guardó a su investidura de primer edil.

Un alcalde con una personalidad más protagónica ya lo hubiera despedido hace mucho tiempo. No fue el caso de López Santillana quien aplicó la típica alternativa de dejar enfriar un poco el tema. Que no se vaya cuando quieren sus detractores sino cuando lo diga él.

Y de esa forma, ayer con un escueto boletín se informó de la renuncia de Campos Lango, “aceptada” por el alcalde. Lo cierto es que nunca hubo dudas de que tenía que irse; el único problema era saber cuándo.

Y claro, sólo hay que voltear a ver quiénes son los que celebran la partida de Campos Lango. Para empezar, sus detractores más obsesivos, el regidor del Verde, Sergio Contreras y la del PRI, Norma López Zúñiga.

¡Brujo! Aunque aquí cabe citar que ayer cuando le preguntaron los reporteros a Salvador Ramírez Argote cuál sería la decisión que más aplaudiría de López Santillana y rápido repuso: correr a Daniel Campos. Y a unas horas, se le concedió.

Pero no sólo en el PRI y el Verde, tenía detractores Campos. En su propio partido, el sheffiedista José Luis Manrique encabeza la lista. Y claro hay otro largo etcétera con todos los no-dieguistas en León porque como es sabido, el ahora exdirector de Desarrollo Social es dedo chiquito del delfín de Miguel Márquez.

Y ni modo, en buena medida, por sus arranques, sus imprudencias y algunas ansias de novillero (como aquel desplante al destapar a Alejandra Gutiérrez para alcaldesa de León), pavimentaron el camino para su temprana despedida del gabinete.