DON GIOVANNI
Cuando en el país sólo había dos entidades con semáforo epidemiológico en verde (Campeche y Chiapas), el gobierno federal encontró una gran oportunidad para iniciar el regreso a clases presenciales; de paso, se socializó a otros estados donde la demanda del retorno a las aulas ganaba presencia, como Guanajuato. Con la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez, se materializó el deseo onírico.
Entre la SEP, la Secretaría de Salud representada por el subsecretario Hugo LópezGatell y los gobiernos estatales con semáforo verde, se acordó que las condiciones básicas para el retorno serían: semáforo local en verde; profesores vacunados contra la COVID-19; y aceptación de padres de familia de su responsabilidad al enviar a sus hijos con vigilancia de la escuela a la casa y el regreso.
Con la tendencia a la baja en contagios y decesos, los estados en amarillo, como Guanajuato, cayeron en la tentación de pilotear el retorno desde el 11 de mayo. El secretario de Educación de Guanajuato, Jorge Hernández Meza, en la etapa de reconocimiento del sistema educativo estatal, comentó que se regresará a clases presenciales. La medida, de acuerdo a Evert Cuapio del SNTE, es precipitada, se arriesgaría la salud de los docentes. De la condicionante del semáforo para el retorno, López-Gatell ya cambio el color: este viernes informó que se podría hacer en amarillo.