El camino a la presidencia en E.U.
Nuestro vecino del norte, los Estados Unidos de América, han dado inicio al proceso por el que elegirán en noviembre al próximo presidente y vicepresidente de ese país, prometiendo en convertirse esta contienda en una de las más competidas que tengan lugar en lo que va del presente siglo.
Dominada la política norteamericana por dos partidos, el Demócrata y el Republicano, ambos llevan a cabo la celebración de elecciones primarias en todo el país durante los seis primeros meses del año electoral, mismas que tendrán lugar de enero a junio, en las cuales se debate y decide quién se presentará en la contienda, teniendo su mayor auge en el llamado ”super martes”, a realizarse esta ocasión el 5 de marzo, en el cual un mayor número de estados de la unión americana (quince en esta ocasión), incluidos los más poblados, California y Texas las celebrarán al mismo tiempo.
Las primarias republicanas dieron inicio el lunes pasado en el estado de Iowa, en el cual, a pesar de las bajas temperaturas, hasta menos 20 grados bajo cero, no fueron obstáculo para que Donald Trump, candidato republicano, dejara ver el gran apoyo que tiene entre el electorado, particularmente entre la población rural blanca y conservadora. De acuerdo con el portal TResearch, Trump cuenta con un 61.1% de preferencias frente a un 11.3 y 10.9 de sus contendientes principales, Nikky Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora de la Onu, y Ron DeSantis, ex congresista y actual gobernador de Florida, respectivamente.
Por su parte, el candidato demócrata, y actualmente presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, también domina la contienda con una preferencia muy marcada de 69.8% sobre el 7.9 y 3.2 de Marianne Williamson, escritora, conferenciante y activista, quien contiende por segunda vez para ser elegida, y del congresista Dean Phillips.
En este escenario, y de mantenerse estas tendencias, todo apunta a que los candidatos a la presidencia por ambos partidos serán Trump y Biden. Sin embargo, y a pesar de los 92 cargos criminales, y cinco juicios judiciales que pesan sobre el candidato republicano, entre ellos que la ex columnista de la revista Elle, Jean Carroll, quien acusó al empresario y político de 76 años de violarla en una tienda de Manhattan en 1996, le reclame 10 millones de dólares por daños a su reputación y a su carrera; apropiación ilegal de documentos ultra secretos clasificados; presuntos intentos de alterar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en las que ganó Joe Biden; pagos sospechosos para comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels sobre una antigua supuesta relación extramatrimonial; uno más por motivar el asalto al capitolio por parte de sus partidarios el 6 de enero de 2021, entre otros, las preferencias entre ambos candidatos se mantienen muy cerradas, correspondiendo el 45.4% para Trump frente al 44.4% de Biden, en donde el primero ha mantenido, desde su salida de la presidencia, un discurso hábil mediante el cual, y bajo el lema Make America Great Again (Hágamos a América grande otra vez), le ha permitido mantener una gran base de apoyo entre sus simpatizantes y diversos grupos que podría llevarlo a alcanzar nuevamente la presidencia en detrimento del candidato demócrata quien ha experimentado una serie de circunstancias desfavorables a su persona, desde factores como el tema de la edad (tiene 81 años), su estado de salud y el tema migratorio, los cuales se posicionan como un obstáculo en su búsqueda por la reelección presidencial.
Y es precisamente el tema migratorio en el que Trump se encuentra llevando a cano su ofensiva de ataques contra Joe Biden, insistiendo en la necesidad de contar con medidas más rigurosas, reforzando la idea de completar el muro en la frontera norte e implementar una política de militarización fronteriza, medidas que van encontrando eco entre el votante norteamericano que ha visto el desplazamiento de los migrantes al interior del país como fuera de control, abrumando los servicios públicos de vivienda, salud, transporte y agua, principalmente, así como lo correspondiente al tema laboral.
Sin duda Trump, durante los cuatro años que dejó la Casa Blanca, se ha posicionado como el enemigo a vencer, el cual, a menos que el Poder Judicial norteamericano obstaculice sus aspiraciones presidenciales impidiendo su postulación, podría convertirse el 5 de noviembre, nuevamente, en el siguiente presidente de los Estados Unidos.
Un proceso electoral que, al ser diferente al nuestro, y con un sinnúmero de aristas por analizar, entre ellas el relativo a los diferentes temas que la cercanía con nuestro país conlleva, seguiremos muy de cerca.