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'GOBIERNAN'

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En la catedral de Ciudad Altamirano hay una súplica: "Señor, muéstranos tu favor y salvación". La leyenda está inscrita en un manto blanco que cuelga a lo alto de la pared izquierda próxima al altar mayor. Imposible que nadie la lea en misa. Y la siguiente será a las 5:00 de la tarde. Pero no ahora. Ahora nadie la ve, salvo tres feligreses que rezan cada uno por separado. Son las 2:22. Frente a la iglesia el zócalo está solo. Pocos a esta hora se atreven a venir para evitar la resolana de los 36 grados que se resiente hasta en la sombra de algunos árboles. Sólo un bolero espera entre el sopor bajo un toldo donde están sus utensilios.

Tres horas más tarde, a las 5:00, un grupo de niños correrá por las baldosas jugando a los sicarios mientras sus madres se estén persignand­o en misa. Los chiquillos harán todo tipo de sonidos onomatopéy­icos de las armas de juguete. Una escuadra, un rifle de asalto. Pedirán unos a otros que se rindan y se darán tiros de gracia.

—Te reviento la cabeza— dirá un chico a otro que se habrá tirado al piso como si lo hubieran abatido, mientras su compañero emulará dispararle con su pistola plateada.

A las 7:30 de la noche todo estará desierto y oscuro. No habrá luces de colores que anuncien la Navidad próxima. Los comercios estarán cerrados desde las 6:00 y salvo la avenida Lázaro Cárdenas que conecta con Riva Palacio, localidad de Michoacán, toda la gente estará en sus casas. Algunos vendrán a los cajeros. Afuera uno que otro comerciant­e ofrecerá fritangas. Parecerá una especie de toque de queda autoimpues­to o como si a partir de esa hora rigiera una suerte de ley marcial.

Ley marcial, salvo que por ningún lado se verán policías municipale­s ni ninguna otra corporació­n. Y no se volverán a ver sino en una ocasión. Serán una rareza. Como una especie que no encajara. Que no pertenecie­ra a este orden. No los coches de lujo. Esos sí se verán de vez en vez iluminando las calles oscuras. Camionetas, automóvile­s deportivos de dos plazas.

—Antes había vida nocturna en Altamirano. Se veía gente caminar por las calles— dirá un transporti­sta cuando se le pregunte el porqué de las calles solas y oscuras.

—¿Hace cuánto?

—Todavía en 2010. Las cosas han cambiado y la gente prefiere estar en sus casas. Es peligroso.

Pungarabat­o, el municipio al que pertenece Ciudad Altamirano, es de los últimos calentanos de Guerrero. No de la región. De la región Pungarabat­o es el centro. Tierra Caliente es tan grande que, aunque fue partida en tres hace al menos siglo y medio, cuando se instituyó Guerrero, sigue siendo una misma zona. Comparte identidad y destino con Michoacán y el Estado de México.

NADA ES IGUAL

La leyenda colgante de la iglesia bien puede interpreta­rse como un clamor. Nada ha sido igual desde que La Familia Michoacana se adueñó de todo. Ocurrió más o menos en 2011, una vez que tras derrotar a Los Caballeros

Templarios, de Michoacán, los hermanos Hurtado Olascoaga, Johnny y José ('El Pez' y 'El Fresa'), se quedaron con el control de la organizaci­ón en esta parte de Guerrero. En esto se puede resumir el dominio y expansión que vino luego en toda la zona y hasta el norte del estado y otros puntos de Guerrero. Con una acotación: en Zirándaro domina el CJNG, y un tiempo en San Miguel Totolapan lo hizo un grupo llamado Los Tequileros, aniquilado­s más tarde por La Familia. Los tres grupos tienen fuerte presencia en diversas zonas de la Tierra Caliente, sea en Guerrero, en Michoacán o en el Estado de México, y en todas las entidades extorsiona­n y suplen actividade­s de gobierno y empresas legales, como el cobro de "predial", proveedurí­a de internet y venta de medicament­os, entre muchos otros.

"ESTAMOS SOMETIDOS"

La gente tiene miedo hasta de hablar— dice don Vicente, un comerciant­e que se animó a platicar con la condición de no dar mayores referencia­s de él. Su nombre fue modificado para cuidar su seguridad.

—Nos han impuesto incluso a quién debemos comprar el refresco y la cerveza— dice sin ocultar su temor. Una que otra vez voltea a los lados y calla si ve que alguien que no conoce pasa demasiado cerca.

A lo que se refiere don Vicente es a la salida de la Coca-Cola de la región. Fue en marzo de 2018 cuando, presionado­s por las extorsione­s a los trabajador­es, la empresa decidió cerrar. Fueron dos meses de hostigamie­nto contra los repartidor­es.

Cuando anunció el cierre de su bodega regional en Ciudad Altamirano, FEMSA denunció en un comunicado la "ausencia de un Estado de derecho y la prevalenci­a de la impunidad".

—Ahora es una "empresa" de ellos la que entrega— comenta don Vicente en referencia a La Familia Michoacana.

A cinco años de la salida de la refresquer­a, la bebida se distribu

En zonas de Guerrero, Michoacán y en el Estado de México, extorsiona­n y suplen actividade­s de gobierno y empresas legales, como el cobro de "predial", proveedurí­a de internet y venta de medicament­os, entre muchos otros. ye por la región en camionetas estaquitas rojo con blanco sin razón social. "Al precio que ellos quieren", dice. De esta manera una botella de tres litros puede ser encontrada en una tienda por más de 50 pesos, entre 10% y 15% más de lo habitual. El control es tal que incluso en la tienda de autoservic­io Aurrerá no la venden. Casi al mismo tiempo, salieron de la región la Pepsi y las cerveceras. Y tampoco es posible comprar nada de esto, sino en las tiendas que ellos surten.

—Con la carne pasa lo mismo— cuenta don Vicente—. Controlan también la distribuci­ón y el precio del pollo, la res, el puerco. Hasta de los jitomates, y no es mucho decir. Pasa igual con los alcoholes (whisky, brandis). Si se quiere tener una fiesta privada nada que vas a traer tu bebida de Michoacán o de Iguala. Se las tienes que comprar a ellos. Hasta el hielo. La avenida Lázaro Cárdenas está llena de comercio informal por los dos sentidos. Nadie que venda ahí puede hacerlo sin su permiso.

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