El misterio económico de México
egún al experto que se le pregunte, la economía de México es fuerte o débil en este momento. Siempre hay una especie de misterio económico en torno al tema. Unos echan porras a la fortaleza mientras otros abuchean la debilidad. Y, más allá del sospechosismo, hay variables que demuestran que la fortaleza eonómica mexicana se puede justificar. Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, el desempleo está cerca de su punto más bajo en décadas. La inflación se ha desacelerado. Los salarios han crecido, el salario mínimo se ha elevado sin muchas consecuencias evidentes en el corto plazo. Los precios de las acciones se han disparado. Y, como la Chimoltrufia, así como digo una cosa digo la otra. Hay una sensación de que las cosas no van tan bien como nos dicen.
No podemos soslayar que muchos mexicanos ni sienten ni disfrutan está fortaleza económica. Es más, son muchas personas que sin ser economistas ni expertos dicen que la economía está en mal estado. El pesimismo persiste. La confianza de los mexicanos en la economía no es un acto de fe.
SSerá que somos desconfiados y es que el que se quemó la lengua hasta el jocoque le sopla. Las medidas de confianza del consumidor siguen siendo más bajas de lo normal. ¿Por qué los mexicanos nos hemos resistido a las buenas noticias económicas? Tampoco hay tanto misterio.
La gente no es tonta. La primera explicación, y la más obvia la da el bolsillo. Nuestra cartera sabe y no se le puede engañar. Digan lo que digan, lo que duele es el aumento de los precios. Nos dicen que la inflación está controlada. Sí, pero, lo caro de la vida nos afecta a todos.
Un rubro que mortifica a la mayoría de los mexicanos es el tema de la vivienda. Es lo más caro que los mexicanos poseemos o pagamos. A medida que aumentan los costos de la vivienda, se reduce la capacidad de las personas para pagar cualquier otra cosa. Las rentas, los intereses de los créditos hipotecarios, el precio de los inmuebles, los materiales de construcción han aumentado. Hoy, para un joven mexicano promedio, es más difícil salir de casa de sus padres.
El misterio económico revela una polarización asimétrica. Las encuestas de confianza económica captan el estado de ánimo político. La proporción de mexicanos, por afiliación partidista, que califica la condición de la economía mexicana como muy o bastante buena depende mucho de las simpatías que tengan con el partido en el poder y del resentimiento que expresen contra otras filiaciones políticas. En sentido contrario, funciona igual. En otras palabras, los morenistas reaccionan mucho más fuertemente a una crítica al modelo económico del presidente. Aprueban todo lo que dice y le creen a pie juntillas. Una opinión política afecta desproporcionadamente el estado de ánimo nacional con respecto a las variables económicas.
Tal vez la brecha entre el estado de la economía y las percepciones de los mexicanos sea menos misteriosa de lo que parece, y la paradoja terminará pronto. La gente sólo necesita más tiempo. Así, como Santo Tomás, necesitaremos ver para creer. Después de años de incertidumbre, es posible que muchos ciudadanos de a pie queramos asegurarnos de que las cosas realmente están cambiando antes de comprar cualquier esperanza potencialmente falsa.
No es lo mismo ver los toros desde la barrera. A nivel de cancha las cosas adquieren otra dimensión. En la cotidianidad, cuando hay que pagar el huevo, las verduras, el gas, la luz, el transporte, la renta, etc., es cuando nos enfrentamos a la verdad. Ahí se acaban los misterios, porque frente a la realidad, las palabras son frágiles y se las lleva el viento. tencia Económica (Cofece).
Durante la reunión trilateral "Tendencias regionales de la política de competencia: México-Estados Unidos-Canadá", la comisionada presidenta de la Cofece, Andrea Marván Saltiel, dijo que gracias a la acción de la autoridad reguladora se evita que la población en general, en particular las personas más vulnerables, pague sobreprecios.