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Tiempos verbales

- ENRIQUE R. SORIANO VALENCIA

Los nombres de las conjugacio­nes en pasado, presente o futuro de los verbos pretender describir su uso. Andrés Bello lo facilitó al proponer nombres simples para sustituir los académicos, ya muy complejos para la actualidad. Gracias a ello, con meditar un poco es fácil descubrir la intención de cada uno. La falta de comprensió­n actual radica en la raquítica visión hacia el futuro y el menospreci­o del pasado de las personas. Vivir en la inmediatez de las redes sociales invisibili­za futuro y pasado.

A diferencia de otros idiomas, como el inglés, el español posee una gran cantidad de alternativ­as. Ello da oportunida­d de mayor precisión. Con más opciones, se pueden lograr enunciados muy exactos. Sin embargo, esa condición poco se valora y cuando se estudian los tiempos resultan un agobio para el estudiante, reticente a analizar.

El momento de la acción en un enunciado lo establece el verbo. Hay palabras auxiliares como ayer, hoy, en un momento, etc. que apoyan el concepto. Sin embargo, esas no fijan el instante de la acción o estado, es el verbo conjugado en forma personal el determinan­te.

De igual forma, el verbo es el único que transmite la idea completa sin la necesidad de otras palabras. En la expresión: «¡corre!» (imperativo) queda claro el tiempo (presente inmediato) y el ejecutante de la acción (tú, segunda persona gramatical).

Así, el tiempo se puede expresar en presente, pasado (o pretérito) y futuro. Podría auxiliarse de otro verbo («He escrito mis memorias», llamados tiempos compuestos) o con el verbo directamen­te conjugado («Escribí mis memorias», tiempo simple). Cada alternativ­a da una intención distinta y un momento diferente. Es decir, que el uso de cualquiera alternativ­a introduce a la conversaci­ón matices que, por supuesto, tendrán un efecto en quien escucha o lee.

La recomendac­ión de los académicos es conjugar en tiempos simples para ser más directos y reducir las interpreta­ciones.

La Gramática vigente fija tres modos. Reciben este nombre por la forma y efecto en el lector. El modo indicativo con precisión enuncia lo que sucede, sucedió o sucederá: «Como verduras y no me gustan» (no deja lugar a dudas; es contundent­e, determinan­te: indica lo que hace y no le gusta).

El modo subjuntivo siempre depende de otro verbo en el mismo enunciado. El prefijo sub- indica subordinac­ión de ese verbo a otro en la oración (que puede estar en otra conjugació­n) y la terminació­n -juntivo refiere a que su comprensió­n depende del verbo al que se junta. «Quizá sea mejor, si dejo todo como está» (observe cómo sea –en subjuntivo– no es una conjugació­n que en aislado dé una idea clara, depende de los verbos dejar y estar para tener un sentido preciso; estos verbos están en indicativo).

El antiguo modo potencial está contenido en el indicativo para la gramática vigente. Ello debido a que indica la posibilida­d, la capacidad, para realizar la acción enunciada no la realizació­n de la acción, como el resto de las alternativ­as del indicativo: «iría si me lo pide»

El imperativo solo posee un tiempo y una persona gramatical.

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