FERIA DE LEÓN: RIESGOS MANIFIESTOS
Desde el primer día, la Feria de León ha acaparado la atención de la opinión pública y no precisamente de forma positiva. La espectacularidad de sus eventos no sólo produjo expectación, sino también el ojo crítico de quienes ya preveían problemas en la logística y un riesgo innecesario dadas las experiencias padecidas en conciertos considerados de alta afluencia.
Hay que decir que todo nació del gesto de buena voluntad de parte del gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, hacia la administración de Alejandra Gutiérrez Campos, luego del periplo por la definición de la candidatura a la gubernatura de Guanajuato. Fueron 200 millones de pesos de subsidio para conciertos de artistas internacionales. Es año electoral y pues había que reforzar.
Saldado el problema financiero, la verdadera expectativa se fincó en la capacidad del patronato de la Feria de León que preside David Novoa Toscano -flamante suplente de Miguel Márquez en su candidatura al Senado- para ajustar la logística y evitar los terribles zafarranchos registrados en ocasiones anteriores.
En los hechos, las fallas podrán ser anecdóticas, pero juntas conforman un patrón que ha revelado en menos de 15 días la falta de aprendizaje para gestionar y controlar los eventos masivos en el marco del recinto ferial con capacidad para 13 mil personas, pero con tolerancia para 20 mil.
Para esta edición se espera recibir hasta 5 millones 100 mil personas, que con su paso generen una derrama económica de 2 mil 706 millones de pesos principalmente para los sectores servicios y comercio. Sin embargo, todo esto se puede ir al traste con incidentes repetitivos.
Tan sólo en los conciertos de Kumbre con K y Kings of Lion ya se registraron portazos y problemas con la famosa pulsera que se diseñó para controlar el acceso. A esto se le suman cancelaciones de otros grupos, ajustes sobre la marcha y la convicción de David Novoa de que es difícil no contratar narcoshows.
Lo dicho, van 15 días y apenas viene lo más álgido.