Contraretrato
HA SIDO UNA DIPUTADA LOCAL CUYAS CONVICCIONES ULTRA CONSERVADORAS LAS HA SOSTENIDO EN SU PRÁCTICA LEGISLATIVA. DE AHÍ, SU MARCADA SOBERBIA EXPUESTA INCLUSO FRENTE A SU COORDINADOR, LUIS ERNESTO AYALA TORRES, QUIEN ÁVIDO DE ACUERDOS CON LA OPOSICIÓN SIMPLEMENTE NO HA PODIDO CONTAR CON ELLA. LA SUYA ES UNA CAUSA QUE EN EL PAN SE ESTÁ EXTINGUIENDO.
Cristina Márquez Alcalá se aferró para buscar la reelección como diputada local, seguramente consciente de que una etapa de cambios, gane quien gane la gubernatura, es inminente. El matrimonio igualitario, la interrupción del embarazo, entre otros temas de la agenda progresista están instalados en la conversación pública y cada una de las candidatas así lo han asumido.
Ante esta coyuntura de corto plazo, parece difícil -o imposible- que la panista acepte cambiar su candidatura al Congreso Local, por la del distrito VI como diputada federal, luego de que la Comisión Permanente del PAN Nacional dejó fuera a José Luis Manrique.
Una primera razón para su negativa tiene que ver con algo mucho más mundano. Como lo hemos consignado en otras ocasiones, la diputación federal se ha considerado un espacio venido a menos, con un salario prácticamente a la mitad del que se devenga como legisladora local, además de que el protagonismo y el margen de operación es casi nulo.
La otra tiene que ver con lo antes expuesto. En ese sentido estará por verse el oficio político de un dirigente como Eduardo López Mares, quien ha puesto a Márquez Alcalá como la primera propuesta para asumir esta candidatura. Si no acepta, la convocatoria será abierta mientras para el Congreso Local el PAN mantendrá la mano dura del conservadurismo.