BENAVIDES: OTRA CARA DE LA NEGLIGENCIA
Ricardo Benavidez Hernández es el prototipo del secretario de seguridad pública afín a los designios del Secretario de Seguridad Pública del Estado, Alvar Cabeza de Vaca Appendini. Por la misma razón es un ejemplo claro de que la ineficiencia y las violaciones a los derechos humanos también se cuecen con ellos.
Al llegar a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Irapuato, Benavidez Hernández adelantó que pondría orden en la corporación. De hecho, despidió a un centenar de elementos y disolvió el grupo táctico que había fundado su antecesor. El gobierno de Lorena Alfaro García le dotó de recursos y el gobierno estatal el respaldo.
En medio de este proceso, se instalaron las células municipales de búsqueda que reivindicaron la responsabilidad de los municipios ante la desaparición de personas en Guanajuato. Para cuando Benavides tomó la dependencia, su papel dentro de la grave problemática ya estaba más que claro.
Resulta que la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (Prodheg), resolvió la queja por el secuestro y homicidio del empresario Jair Martínez González, ocurrido en marzo del año pasado. Ricardo Benavides violó el derecho humano de toda persona a ser buscada, al ser omiso cuando la víctima fue reportada como desaparecida.
Se incumplieron los protocolos de búsqueda y se violaron las garantías individuales. Por ello se deberá iniciar una investigación pero también Benavides y sus subordinados deberán capacitarse -a estas alturas- en torno al protocolo de búsqueda de personas no localizadas además de ofrecer disculpas públicas a los deudos del empresario.
Pero como otro sello característico de los allegados a Alvar Cabeza de Vaca es la resistencia contra los derechos humanos, ayer se dio a conocer que pidieron una prórroga que vence el 23 de febrero para cumplir luego de aceptar las recomendaciones el 22 de diciembre, último día del plazo legal. Vaya que no niega ‘el sello de la casa’.