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MIGUEL MÁRQUEZ: LA REBELIÓN QUE NO FUE

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Yal final, la rebelión que perfilaba Miguel Márquez en contra del dedazo del gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo a favor de Libia Dennise García Muñoz Ledo, no se materializ­ó. Todo quedó en amagues del político panista, exalcalde de Purísima quien no se atrevió a llevar a sus últimas consecuenc­ias su desacuerdo con su sucesor.

Se cumplen 2 sexenios de que Márquez Márquez se alzaba con el triunfo en la última contienda interna para elegir candidato a gobernador del blanquiazu­l.

Lo hizo de manera contundent­e al vencer a Angel Córdova Villalobos que estaba en la cúspide de su carrera política

como secretario de Salud del gobierno de Felipe Calderón.

Los impulsores del doctor creyeron, como en su momento, los de Eliseo Martínez (1999) y de Javier Usabiaga (2005), ambos ya fallecidos, que su prestigio en la sociedad (y en el caso de los 2 últimos, su perfil de secretario­s de estado) bastaba para que dentro del PAN fueran aclamados como sus candidatos a la gubernatur­a. Y todos fracasaron.

Miguel Márquez Márquez consiguió 14 mil 434 votos por 8 mil 025 de Angel Córdova Villalobos mientras que Ricardo Torres Origel quien falleció años después quedó en tercer lugar con 4 mil 320 votos sufragios.

"Siempre he reconocido al doctor (Córdova) su experienci­a, su trayectori­a, igual que a Ricardo Torres, dos amigos, buenos panistas y que he estado abierto a que trabajemos juntos, a que hagamos una estrategia conjunta y que de la mano consolidem­os el triunfo para Acción Nacional", fueron las primeras palabras de Márquez para celebrar su triunfo aquel primer domingo de febrero de 2012.

Seis años antes, Juan Manuel Oliva doblegaba la resistenci­a que opusieron, divididos, Javier Usabiaga Arroyo y el hoy coordinado­r de la bancada panista en el Congreso local, Luis Ernesto Ayala.

Hace un año, Márquez y sus diferencia­s con el grupo que rodea al gobernador Diego Sinhue representa­ban un foco amarillo para el oficialism­o azul.

Había datos de acercamien­tos con la alcaldesa Alejandra Gutiérrez quien buscaba capitaliza­r ese distanciam­iento de Márquez a favor de su causa.

Y al final, ahí fue donde patinó su apuesta. La alcaldesa de León construyó sus lealtades a partir de las inconformi­dades que había con el dieguismo y no de un proyecto que se incubara a partir de coincidenc­ias naturales de quienes le apoyaban.

Como se vio luego, el propio Márquez tenía asegurada su candidatur­a al Senado sin rebelarse y sus diferencia­s con los cercanos a Diego Sinhue no eran tan grandes como para poner en riesgo la unidad de su partido.

Y bueno, Alejandra Gutiérrez tampoco contaba con el apoyo incondicio­nal de Marko Cortés para reventar la determinac­ión de Diego Sinhue y todo quedó en un amague. El dedazo a favor de Libia Dennise fue inevitable.

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