Morena: ¿los galleros al poder?
En todo el sexenio Morena no consolidó en la región noreste algún perfil que pivoteara con eficacia la operación de sus objetivos políticoelectorales. Mauricio Hernández, delegado delaSecretaríadelBienestar, depositó esa tarea en las hermanas Arisbeth Monjaraz y Aidaveth García Monjaraz, atendiendo el lazo afectivo que el presidente forjó con esa familia de San Luis de la Paz en sus tiempos aciagos de opositor, sin embargo, éstas pronto se extraviaron en los embelesos del poderydilapidaron esa confianza, cancelando la posibilidad de encabezar un contrapeso de izquierda que hubiera sido histórico en la zona.
Por su parte, Genaro Martín Zúñiga, quien a través de Morena ganó la alcaldía iturbidense en 2018, pronto mostró carecer de solvencia ética para encabezar un genuino movimiento trasformador, ni siquiera en su propio municipio, sólo que este expanista (que se ufana de ser discípulo de Juan Manuel Oliva) pese a encabezar una desastrosa administración, supo aprovechar el vacío de liderazgos y se consolidó como el principal operador de Ricardo Sheffield en el rumbo, a tal grado que podría repetir como candidato a la alcaldía.
Luego, Edgar Javier Reséndiz, por su condición de único alcalde morenista surgido en el noreste de las elecciones del 2021, aunado a su juventud y a la sólida votación que recibió en su natal Doctor Mora, irrumpió como un potencial liderazgo fresco, pero transcurrido el tiempo, no ha mostrado arrestos, ni talentos, que lo distingan del común de los políticos, ni se observa que tenga peso específico más allá de su municipio, hasta eso habrá de medirse ahora que busca reelección.
Redes al margen de la ley…
Habrá que ver cómo sortea ese partido sus designaciones pendientes, en ello hay cuestiones de rentabilidad electoral, pero también dilemas éticos muy trascendentes. Es el caso del exalcalde iturbidense: si la designación lo favorece Morena fortalecerá a toda una corriente de intereses locales y regionales que, a luz de hechos documentados, no tiene miramientos en actuar al margen de la ley.
Durante su mandato, Genaro Martín Zúñiga dio pruebas de ello, por ejemplo, exhibiendo con descaro su afición a las peleas de gallos y su relación orgánica con esas redes de interés. Llegó al grado de convertir en palenque un recinto oficial y, en el colmo de sus delirios, promovió dicha actividad para que alcanzara el estatus de patrimonio cultural local, mediando una interpretación superficial y sesgada de las identidades culturales.
Los iturbidenses dan cuenta de cómo en ese trienio (2018 -2021) se relajaron las contenciones a la delincuencia y a la cultura de la violencia, hasta en las ferias de esos años se notó: en el cartel principal aparecieron cantantes de narco-corridos, eventos organizados por el propio morenista, junto con el impresentable Roberto Carlos Terán, funcionario de Sedeshu y ahora candidato a diputado local por el PAN.
Mientras esa población se degradaba, los leoneses y salmantinos que mandan en Morena guardaron silencio cómplice y acudían a placearse sonrientes a Iturbide. En el colmo de la incongruencia, lo premiaron haciéndolo candidato a diputado federal.
Como se comentó en esta columna el lunes 3 de julio de 2023 (en el contexto de la masacre suscitada por esas fechas en un palenque de ese municipio): “Entre galleros también hay personas y familias trabajadoras, generalizar el estigma de delincuentes sería un exceso; pero lo que difícilmente, ni ese segmento podría desmentir, es que ejercen un acto de crueldad con los animales y que esa actividad ha sido invadida por el dinero sucio y el crimen organizado”, (https://periodicocorreo. com.mx/opinion/peleas-de-gallosdinero-manchado-de-crueldad-ydelincuencia-20230703-76915.html).
Mauricio… y sus servidores galleros
Pero no sólo en San José Iturbide los galleros andan rondando candidaturas de Morena, en otros municipios también algunos aspirantes están directamente ligados a ese negocio, o se dan casos como el de un probable candidato a alcalde en Victoria (por cierto, muy aficionado a la baraja) que entre citas justicieras de Obrador, Sheinbaum y portadas de los libros, Sheffield, promovió estos días en sus redes una pelea de gallos en la serranía.
El caso de Xichú ilustra cómo los galleros ya están enquistados en Morena: uno de los principales promotores y organizadores de peleas de gallos, muy conocido en toda la zona, se incorporó como servidor de la nación en 2022 y ahora esta enlistado como aspirante a regidor.
Aunque hay otra situación en ese municipio que involucra a una senadora: desde el comienzo del sexenio, Mauricio Hernández dejó el control de la estructura de los servidores de la nación, y la derrama de los programas federales, en manos de una familia xichulense que tiene lazos de compadrazgo con ‘Malú’ Micher. Tan grandes son los afectos de la legisladora, que en la pasada elección promovió a un ahijado suyo como candidato a la alcaldía, sólo que los votos le fueron tan adversos que, con todo y su amplio padrón de beneficiarios, sólo lograron colar a un cuñado al Ayuntamiento. En esta ocasión, varios de ese clan, así como familiares del propio regidor, están inscritos y buscan ese mismo cargo que en la nómina es retribuido con 30 mil pesos mensuales. De la misma forma, siguen en la disputa por colocar a uno de los suyos al frente de la planilla.
Sumado a ello, una vivienda de esa familia tan favorecida por la senadora ‘Malú’ Micher, se ha vuelto referencia en toda la zona, no porque ahí se adoctrine en los principios de la 4T y se formen ciudadanos en el ‘humanismo mexicano’, sino porque ese domicilio periódicamente se convierte en palenque clandestino y alberga algunas de las peleas de gallos más concurridas del rumbo.