Reformas en materia de crianza positiva en México
n el 2021 quedó prohibido el castigo corporal y humillante como métodos de disciplina. ¿Es esto suficiente para garantizar una vida libre de violencia para niñas, niños y adolescentes? Por supuesto que no, sino que fue un primer paso, un paso en el que, por cierto, nuestro país tardó mucho en darlo, pues la recomendación por parte de Comité de los Derechos del Niño, de la Organización de las Naciones Unidas, es del 2006.
Este jueves 8 de febrero se dio un segundo paso. Se trata de la aprobación unánime de reformas a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes por parte de la Cámara de Diputados y Diputadas, que consisten esencialmente en incluir el concepto de crianza positiva en dicha ley y en el establecimiento de la obligación a los tres órdenes de gobierno y a quienes ejercen la patria potestad para impulsar acciones que fomenten la crianza positiva.
En el dictamen se define a la crianza positiva como el conjunto de prácticas de cuidado, protección, formación y guía que ayudan al desarrollo, bienestar y crecimiento saludable y armonioso, de las niñas, niños y adolescentes, tomando en cuenta su edad, facultades, características, cualidades, intereses, motivaciones, límites y aspiraciones, sin recurrir a castigos físicos ni a tratos crueles y humillantes, salvaguardando el interés superior de la niñez con un enfoque de derechos humanos.
El Boletín No. 2496 de la Cámara de Diputados nos proporciona los posicionamientos de las distintas bancadas, los cuales reflejan la unanimidad en el tema.
En su fundamentación del dictamen, la presidenta de la Comisión de Derechos de la Niñez y Adolescencia, diputada Ana Lilia Herrera Anzaldo (PRI), consideró que no basta establecer una prohibición en la Ley para evitar los castigos físicos o humillantes como métodos de crianza, sino que es necesario impulsar una crianza positiva como una política de Estado.
La promovente, Taygete Irisay Rodríguez González (MC), resaltó la responsabilidad de generar las disposiciones que les permitan a las niñas, niños y adolescentes vivir en un ambiente de paz para evitar formar generaciones marcadas por la violencia que crezcan creyendo que la violencia es un estado normal.
Que los centros de asistencia social brinden servicios de crianza positiva y
EGAUDENCIO RODRÍGUEZ JUÁREZ la obligación a las autoridades a impulsar acciones para fomentar este modelo para quienes tienen a su cuidado a una niña, niño o adolescente fue enfatizado por la diputada Eunice Monzón García (PVEM).
Por su parte, la diputada Cecilia Anunciación Patrón Laviada puntualizó que de cara a los enormes retos para garantizar el pleno desarrollo de la niñez es importante que las medidas que se adopten impliquen avances y no retrocesos.
Finalmente, la legisladora Laura Imelda Pérez Segura (Morena) dijo que la aprobación del dictamen garantizará el correcto desarrollo de la inteligencia emocional y la autoestima de las niñas y niños al atender al principio del interés superior de la niñez y evitará la formación de patrones de conducta que se puede reproducir en la vida adulta, por lo que contribuiremos a romper el círculo de violencia familiar y social.
En un país como en el nuestro, donde 6 de cada 10 niñas y niños siguen siendo disciplinados con castigos corporales y humillantes, donde la violencia contra ellas y ellos tiene escaladas que alcanzan niveles letales cotidianos, estas son buenas noticias.
La expectativa ahora es que el Senado ratifique el dictamen para que las reformas sean una realidad y entonces todos los órdenes del gobierno asuman la responsabilidad de promover la crianza positiva. Porque es un hecho que, aunque la mayoría de las niñas y niños sean violentados al educarles, quienes les educan no quieren incurrir en dichas prácticas. Sucede que no cuentan con otros recursos.
Se requiere cambiar el paradigma de la crianza. Estamos en camino. Me alegra ser parte de estos pasos que nuestro país va dando en el tema y aportar como consultor y aliado de diversas instituciones públicas y privadas, recursos para tal fin.