CORTAZAR: UN ESCENARIO DE VIOLENCIA LATENTE

Cortazar es uno de esos municipios en los que la promesa de pacificación, sólo alcanzó para reducir las cifras pero no para erradicar la actividad criminal y sobre todo la violencia armada. El asesinato de cuatro personas cuyos cuerpos fueron abandonados con toda impunidad en las calles de la cabecera municipal, evidencian que estas nunca se fueron.

No es cosa menor. Entre el círculo político se endilgó la crisis de inseguridad en este municipio y su zona conurbada a la figura de Hugo Estefanía Monroy, exalcalde que fue asesinado en su propio negocio tan sólo un par de años después de que fuera exhibido en la grabación de una llamada telefónica hablando con un líder criminal.

Sin embargo, desde 2018 Ariel Corona Rodríguez gobierna Cortazar pero sin erradicar la violencia que apenas el año pasado fue noticia nacional con la masacre de siete personas -entre ellos un menor- en el balneario la Palma, lo que mostró con toda su crudeza la endeble seguridad de uno de los municipios que se encuentran en el corazón de los conflictos criminales en Guanajuato.

Algunos analistas, consideran que en este círculo imaginario se encuentran apostados, desde hace más de una década, los integrantes de un grupo criminal que no ha cesado operaciones pese a la detención de su líder. Por ello, sigue siendo incomprensible que este u otros grupos, asesten un golpe con tan alto nivel de crudeza y desparpajo.

Así que en la recta final de su gobierno, Ariel Corona tiene por delante la necesidad de dejar al menos claridad en las medidas que el municipio habrá de tomar frente a la criminalidad de alto impacto, así sean simples gestiones ante el estado y la federación. Al final, su esposa Marlene de Anda Oliva pretende sucederlo.