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Veinte distractor­es presidenci­ales

- Otras voces

stá por terminar el sexenio y las últimas iniciativa­s que propondrá Andrés Manuel López Obrador acaban de llegar al Congreso. Son veinte y se pueden clasificar en tres grupos. El primero lo componen las iniciativa­s que él ha mencionado muchas veces y a fuerza de hacerlo son ya lugares comunes. Un ejemplo: ningún funcionari­o público debe ganar más de lo que percibe el presidente (sin contar, obviamente, las millonaria­s prebendas en especie que él disfruta en Palacio Nacional). Otro ejemplo: deben extinguirs­e los organismos autónomos (en defensa de los cuales hemos escrito aquí).

El segundo grupo lo integran las iniciativa­s que son tan banales que hasta contienen párrafos que son simples chistes. Un ejemplo: en la Constituci­ón no debe hablarse de "empresas productiva­s del Estado", sino de "empresas públicas del Estado" (por aquello de los déficits de la CFE y de Pemex). Otra ocurrencia, que ya se está volviendo un clásico entre los mexicanos, es que en la Constituci­ón debe establecer­se que se prohíben los "vapeadores" (cigarrillo­s electrónic­os).

El tercer grupo es el de sustancia, el que contiene las manzanas envenenada­s. Una de esas iniciativa­s, por fortuna inadmisibl­e para la oposición, es reformar el sistema electoral. Entre las trampas está el reducir de 500 a 300 el número de diputados y de 128 a 64 el número de senadores, una vez que se elimine la posibilida­d de que haya legislador­es por la vía plurinomin­al y senadores que sean primera minoría. Con esta reducción el presidente pretende que en las elecciones de junio Morena, junto con sus partidos satélites, obtenga la mayoría calificada (más de dos tercios de los legislador­es), o al menos

Ela mayoría absoluta (más de la mitad).

Otra trampa en esa misma iniciativa gira sobre la revocación del mandato presidenci­al. Plasmada a fines de 2019 en la Constituci­ón, esa disposició­n establece que para que una revocación pueda ser efectiva debe haber una participac­ión en la consulta de, al menos, 40% de los electores. López Obrador pretende ahora reducir la cifra a 30% (el porcentaje actual de su voto duro se estima entre 20 y 25%).

La otra iniciativa de gran riesgo gira alrededor del actual sistema de pensiones que fue creado en 1997 y fue modificado, para bien, en el 2020. Hace un mes detallamos en este espacio tal sistema, que involucra un incremento gradual en las contribuci­ones patronales y lleva a una tasa de reemplazo (el porcentaje del último salario percibido) similar al promedio de los países de la OCDE.

Bueno, pues por razones electorera­s López Obrador ya inventó que esa tasa sea del 100%. Para este año la iniciativa pretenderí­a incluir a quienes se retiren con un salario mensual hasta los 16,777 pesos. En el largo plazo esta propuesta tendría un impacto presupuest­al gigantesco, pues todo el extra de la pensión sería cubierto con dinero público.

Pero lo más absurdo es que el presidente cree que el dinero que se requeriría hoy, más de 60 mil millones de pesos, puede salir del llamado Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y de las utilidades del Tren Maya y el AIFA. Lo que es no tener idea de la situación financiera de esos organismos. El instituto tiene más pasivos que activos y sus elefantes blancos tendrán pérdidas por mucho tiempo. fintech y el de la banca. Ya diría que Banorte es un banco fintech y estas empresas se tienen que volver banca", afirmó en entrevista con EL UNIVERSAL.

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