El presidente escritor
y es un tomo de más de quinientas páginas.
Vamos, no sospecho de las capacidades literarias del primer mandatario de la 4T. Seguro que AMLO tiene conexión directa con las musas. Eso puede generar cierta envidia, debo reconocer. Pero, sí me entran dudas. No será la primera persona que se haga ayudar por alguna pluma negra que le escriba. Claro que a López Obrador le gusta controlar todo. Veo difícil que le haya encomendado tan alta tarea a alguien más, pero de otra manera, no me lo explico.
Y, tampoco es que mi suspicacia vaya en torno a las habilidades que tenga el presidente o a la trascendencia del mensaje que quiere comunicar —bueno, de eso sí dudo un poco—, tampoco me sorprende que haya un tono ególatra, todos los que escribimos tenemos ese rasgo: sentimos que lo que queremos comunicar es tan importante que merece trascendencia.
Lo que no logro imaginar es cómo le hizo. México es un país complejo, amplio y diverso. López Obrador no es mandatario de una pequeña isla perdida en el mar, en el que la paz y la armonía dan tiempo para dedicarse con tranquilidad al proceso escritural. No imagino al señor, sentado en el escritorio presidencial, asomarse a la ventana y permitir que la inspiración lo invada. Basta darnos cuenta de que Palacio Nacional está tapiado para evitar cualquier tipo de desaguisado.
Si de imaginar se trata, entonces lo que sí puedo ver es a López Obrador con toga blanca y corona de laurel, tocando el arpa mientras Roma se incendia. Tal vez, la imagen de Nerón se me aproxima cuando me entero de que el presidente de México ya publicó otro libro en medio de tanta complejidad como la que se vive en territorio nacional. Es evidente que para él todo está a las mil maravillas.
Y, mientras corre sangre, hasta de parientes de sus más allegados, Moody´s le baja la calificación a Pemex, el país tiene una crisis hídrica y el pronóstico de los calores para este año no parecen traer buenas noticias. En fin, la principal causa de muerte entre los jóvenes es el asesinato. Ya sé que cualquier lector podrá recriminarme el tono frente a la obra publicada del señor presidente. Sé que habrá alguno que me recordará que Winston Churchill se llevó el premio Nobel de Literatura por la obra que produjo mientras estaba en funciones.
Cierto, pero lo de Churchill fue distinto. Se trataba de discursos cuyo mérito resalta en términos de conceptos, argumentos, trascendencia, cohesión y coherencia. Al tiempo que el primer ministro británico pronunciaba esas piezas, estaba campeando la crisis frente a las guerras mundiales. Con ellas arengó al congreso y al pueblo y salió adelante.
En el caso de “Gracias”, parece que no hay tal nobleza de pensamientos ni trascendencia de espíritu. Claro, es de bien nacido ser agradecidos, López Obrador está agradeciendo. Ahora, AMLO además de ser el padre moral de la 4T es el escritor insignia remasterizado región 4. operacional, investigación de accidentes e incidentes de aviación, operaciones de aeronaves, servicios de navegación aérea, aeródromos y ayudas terrestres, legislación y reglamentos, así como licencias al personal.