Operativo Sedeshu para inducir el voto…
Más que una disputa democrática, el proceso electoral está convertido en un mercadeo donde Morena, desde la Federación, y el PAN, desde gobierno del estado, cada uno con sus respectivos aliados, se están peleando ferozmente la clientela en los cajeros automáticos. El voto, particularmente de los sectores mayoritarios, se está valuando en dígitos, no en principios ni en valores cívicos.
Los operativos desplegados para la inducción del sufragio pueden tener matices y argumentar mayor o menor legitimidad, pero en los hechos, unos y otros, manejan las instituciones que controlan con sesgo partidista. En el caso de la derecha, sus operaciones dan cuenta, en el noreste, de cómo se han perdido los límites del juego limpio, pues aunque la región no es su granero de votos más prioritario, lo que ahí acontece aporta datos suficientes que exhiben la ansiedad del gobernador, de la candidata Libia García y de su partido, ante la incertidumbre del mandato que darán las urnas el próximo dos de junio. Para contrarrestar las simpatías que le reditúan a Morena con los programas federales, se montaron un operativo durante los últimos meses desde la Coordinación I Noreste de la Secretaria de Desarrollo Social y Humano (Sedeshu), con oficinas en San José Iturbide.
Aún cuando su plantilla permanente de por si es abultada, el último trimestre del año reforzaron sus filas en los ocho municipios, con equipos adicionales conformados por servidores públicos de ‘confianza’ provenientes de otras secretarías, incluso, algunos han sido movilizados desde zonas lejanas a su base laboral (por ejemplo, en algunos municipios se ha visto en esas labores proselitistas a empleados de la SEG y hasta de Secretaría de Gobierno). De igual manera, fue contratado personal bajo el régimen de honorarios por un monto que va desde los 18 mil pesos mensuales. La consigna, para todos y todas, fue acelerar la entrega de tarjetas MujerEs Grandeza, calentadores solares, vales (por cierto, una solicitud de información al Poder Ejecutivo con número de folio 111100500047224 sobre ese personal eventual, fue contestada con evasivas en un evidente afán de ocultamiento).
Con padrones en mano, ya direccionados con metas electorales, esos bateadores emergentes han recorrido calles y caminos cooptando voluntades. El coordinador en el noreste de esa compra encubierta de votos, ha sido el propio delegado de Sedeshu, y ahora también candidato a diputado local, Roberto Carlos Terán Ramos, el mismo al que cuando los actos masivos de Libia García le son enviados autobuses que debe llenar con personas que acudan a vitorear a la aspirante a la gubernatura.
En algunos municipios, esos equipos de refuerzo operan desde los Centros Impulso, en otros, desde locales facilitados por las propias alcaldías, según ha trascendido, todo vigilado por Terán Ramos, quien en colusión con algunos alcaldes y alcaldesas habría palomeado la lista de beneficiarios de calentadores solares o la cantidad y destino de las tarjetas, con las consecuentes transgresiones a las reglas de operación que enfocan esos subsidios hacia familias y personas en situación de vulnerabilidad.
Según fuentes consultadas, esta manipulación electorera de los programas para el desarrollo social y de los padrones, ha marginado de esos beneficios a personas que sí lo necesitan. Mientras algunos hogares reciben el doble o triple, al lado puede haber una familia con necesidad más apremiante; también se sabe de mujeres que, ante la falta de información sobre la Tarjeta Rosa, acudieron a Centros Impulso sólo para recibir la respuesta de que por el momento ya no hay oportunidad de tramitarla.
DIEGO: FEMINISTA DE TEMPORADA…
Los empleados de confianza de diversas secretarias que han sido comisionados a esa labor proselitista (violentando incluso sus derechos laborales pues se trata de un acto de coerción mediante el cual se insinúa que su permanencia en la nómina se la deben al PAN) tentativamente tendrían que regresar a sus funciones habituales pues la veda electoral comienza en marzo, aunque por estos días todavía se les ha visto entregando, a toda prisa, las miles de tarjetas, cada una acompañada de una carta firmada por Diego Sinhue Rodríguez, donde les confirma el apoyo de mil pesos mensuales recurriendo a un tono de cercanía y supuesta preocupación por ellas.
Sólo que es difícil encontrar honestidad en esa artificial calidez que desparramó el escribano de la carta rubricada por el mandatario, pues en todo el sexenio no impulsó políticas públicas de alto calado hacia ese sector de la población, hasta las cifras de feminicidios han sido maquilladas, y las madres buscadoras han tenido que remar contra la cerrazón de burocracias que tratan de ocultar la realidad bajo los escritorios.
En esa misiva que se está poniendo en manos de miles mujeres, el gobernador les dice textualmente: “este apoyo lleva un mensaje muy significativo, no estás sola, porque tú eres muy importante para Guanajuato y estamos muy orgullosos de ti (…) queremos que apoyes más a tus hijos e hijas, que tengas menos penas”.
A lo largo del sexenio, Diego Sinhue mostró ser un gobernante uncido a los intereses de las élites económicas del Bajío, muy alejado de la convicción de redistribuir más equitativamente la riqueza generada por el trabajo de los guanajuatenses, por lo que resulta obvio que su melosidad feminista de temporada no es más que un cálculo electorero implorando que las mujeres den el triunfo a Libia García. De ahí su veladora prendida a ese sector de votantes.