FGE: VERDUGO O ALCAHUETE DE LA UG
El doble rasero con el que la Fiscalía General del Estado (FGE) a cargo de Carlos Zamarripa Aguirre ha intervenido en asuntos que impactan a la Universidad de Guanajuato (UG), se ha convertido en una insultante exhibición de parcialidad y manipulación de la justicia. Independientemente de sus motivaciones, las consecuencias podrían ser aún más relevantes.
La investigación en contra de siete estudiantes universitarios fue abierta de oficio por la FGE. Con toda la mala leche posible, la notificación les anunció que la imputación la realiza la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Alto Impacto. Ahora se sabe que es por el delito de daños a inmuebles con valor histórico y artístico que puede ser investigado de oficio.
El asunto parece una burla, pues el origen está en las protestas estudiantiles del año pasado, con motivo de la sucesión en la rectoría general. Un conflicto que precisamente la rectora general, Claudia Susana Gómez López, pudo apagar gracias a un acuerdo que incluyó la permanencia de las pintas de la protesta en las paredes del edificio central, como un “memorial” de las demandas y denuncias estudiantiles.
Esta actitud tan diligente de la FGE es toda opuesta a la que ha mostrado frente a la denuncia por allanamiento que presentó Periódico Correo en julio del año pasado, cuando el entonces rector Luis Felipe Guerrero Agripino irrumpió con 50 funcionarios en las instalaciones de esta casa editorial. Una caso que ya estaba en el Poder Judicial, pero que litigó para atraerlo innecesariamente.
En este caso, la FGE alegó tener otra denuncia -absurda por cierto- en el que los allanadores acusaron secuestro, por lo que supuestamente esclarecería ambos casos. Hoy el asunto está empolvándose en los estantes del Ministerio Público.
Al parecer, el fiscal Carlos Zamarripa no tiene empachos en convertirse en verdugo de estudiantes o alcahuete de la burocracia universitaria.