Y SÍ, LOS PRIETO SE IMPUSIERON
Si para alguien había duda de los beneficios que otorga la cercanía personal con Andrés Manuel López Obrador, sólo tendría que ver el caso de la familia del exdirector del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, Ernesto Prieto Ortega, cuyos vástagos lograron sendos cargos de alto nivel, por lo menos, de cara a los siguientes tres años.
El beneplácito se completó ayer cuando la Comisión Nacional de Elecciones de Morena confirmó la candidatura a la alcaldía de Salamanca a Julio Cesar Prieto Gallardo. Esto se suma a la candidatura a diputación federal, entregada a su hermano Ernesto y a la magistratura en el Tribunal Federal de Justicia Administrativa para su hermano Octavio.
Como seguramente recordará, se cantó ampliamente que la alternativa en Salamanca sería para la expresidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (Amexme) en Salamanca, Claudia Martínez González, quien también es cuñada de la exalcaldesa Beatriz Hernández Cruz, aliada cercana del candidato al senado Ricardo Sheffield Padilla.
El cambio de género provocó que incluso el propio Prieto Gallardo impulsara a la síndica Alma Angélica Berrones Aguayo, pero la verdad es que el tema no era de género, sino de sabotaje político. Por ello el todavía alcalde se enfocó en defender sus índices de aceptación y popularidad en un trabajo que se extendió al menos por tres meses.
Al final, la lógica sobre la factibilidad de la reelección para Morena, así como la de regular a un Sheffield que intentó colocar a cuadros que no necesariamente garantizarían victorias claras, prevaleció a favor de los Prieto.