ÁLVAR CABEZA DE VACA EN EL CONGRESO: ¿EL ÚLTIMO TANGO?
Es el signo de los tiempos. El secretario de Seguridad del Estado, Álvar Cabeza de Vaca enfrentó ayer la sesión de glosa del informe de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo más agitada no solo de este año sino quizá del sexenio y de su historial particular de comparecencias.
Pese a las tablas que posee para lidiar con cuestionamientos y situaciones adversas, Cabeza de Vaca ahora sí fue sacado de su zona de confort y obligado en algunos momentos a dar a conocer algunas cifras que exhiben el lado flaco de la que presume, como la mejor Policía estatal del país y hasta un resbalón cuando negó que hubiese alguna recomendación hacia la corporación.
Cabeza de Vaca admitió que Guanajuato no tiene los suficientes policías estatales porque no hay vocaciones aun cuando la dependencia a su cargo tiene recursos humanos y técnicos para hacer crecer la corporación.
El secretario reveló que 495 elementos han abandonado la corporación una vez que ya estaban en funciones y también que 110 fueron dados de baja por no haber cumplido con su deber.
En una agitada glosa que duró casi 6 horas que incluyó reclamos de la oposición, intercambios verbales entre el funcionario y legisladoras y hasta dimes y diretes entre diputados y diputadas.
Quitemos del análisis el indiscutible afán protagónico que en varios momentos mostraron los diputados y diputadas presentes con mención especial para la morenista Hades Aguilar Castillo, tan combativa ayer como faltista en la actual legislatura.
Cabeza de Vaca insistió en la disminución que muestra el índice de la mayoría de los delitos de alto impacto en los últimos años en el estado y en el fortalecimiento de la Policía estatal con mejores salarios, mejor equipamiento y mejores resultados.
Que el índice bajo del inicio al final del sexenio y que tras el pico del violentísimo 2020, las cifras van a la baja.
Sí. Pero hoy hay más policías asesinados, hay menos escrúpulos para el asesinato a niñas, niños y adolescentes y sí, las desapariciones se han vuelto un drama no resuelto por las autoridades.
Pero por sobre todas las cosas hay una realidad irrefutable. Vivimos el sexenio más violento en la historia del país y de Guanajuato. Cabeza de Vaca está en el año 12 de su gestión y enfrenta aunque no lo acepte, el natural desgaste de un funcionario que tiene derecho a defender su gestión pero que sabe también que en el "nuevo comienzo" de quien aspira a suceder a Diego Sinhue, él es el primer sacrificable si de lo que se trata es vender esperanza.