Indispensable organizar militancia política
Un breve análisis sobre la situación que guarda el funcionamiento de la sociedad podrá mostrarnos que se encuentra desarticulada y que las instituciones básicas: la familia, la escuela en sus distintos órdenes, la empresa y los partidos políticos, requieren mayor cohesión interna, bajo las sólidas bases de un orden regido por los valores fundamentales de bondad, verdad y justicia.
En los tres órdenes de gobierno, se observa la misma carencia. Se pretende mantenerlos bajo la égida de los más fuertes. De donde han resultado múltiples manifestaciones de anarquía debido a que no es la norma jurídica y el espíritu que la inspiró, bajo cuyo amparo se resuelven las controversias entre los particulares y entre éstos y el Estado.
La capacidad de los órganos del gobierno para cumplir y hacer cumplir la ley, se ampara en la fuerza del Estado y, ésta, en el grado evolutivo alcanzado por la sociedad, en la vigencia de valores fundamentales como los ya dichos, manifiestos en la conducta ciudadana.
Pero si los vasos comunicantes entre la ciudadanía están rotos, no es posible alcanzar acuerdos. De ahí que cada día presenciemos el doloroso espectáculo de ciudadanos afligidos, molestado a otros, en el disfrute de sus libertades para alcanzar la benevolente audiencia de las autoridades.
El tejido social, para funcionar armónicamente, requiere de cuidado permanente, mediante la revisión del sistema normativo, cuya vigencia tenga un grado aceptable de cumplimiento, para que no se rompa el estado de derecho y pueda continuar dentro de relativa normalidad la vida social.
Por tal motivo, los legisladores deberán tener capacidad para valoras las acciones a seguir, para recuperar el funcionamiento del tejido social, de tal manera que sea capaz de volver la cordura al seno social. En tanto, los partidos políticos deberán cuidar la selección de sus candidatos, que deberán tener una historia política en la que se haya demostrado vocación de servicio, devoción por los intereses de la patria y conciencia de que recuperar la salud al tejido social, es la obligación toral en el desempeño de los distintos órdenes del gobierno.
La democracia, no se mantiene sólo con discursos o sosteniendo la plantilla de gobernantes, ahora con las respectivas cuotas; sino con estrategia eficiente, para fortalecer la unidad nacional, para que el país sea capaz de auto gobernarse y auto limitarse; para que su vida política tenga como fin lograr una vida social que tenga como propósito el mejoramiento económico social y cultural de la población en general.
En la vida política, habrá que desterrar la ineptitud y deberá preparar militantes capaces de vivir la democracia y luchar por ella, aunque ello trajera la pérdida de privilegios personales o de asociados. La cuerda se ha tensado ya demasiado.