A 2 AÑOS DE LA DEFINICIÓN DIEGUISTA
“Inapropiado, imprudente y falto de cuidado”, calificaba Miguel Montes García, expresidente de la Suprema Corte, hace 7 años que el entonces gobernador Miguel Márquez Márquez tome partido en la defensa del estadio.
Montes criticaba a principios de marzo de 2017 en un artículo publicado en un diario de circulación nacional que el entonces ejecutivo estatal y el alcalde de León, Héctor López, hayan “incitado” a palcohabientes y platehabientes a interponer amparos para retrasar la decisión final. Cuestionaba también el diseño de estrategias y tácticas para que el estadio no se entregara a Zermeño.
“Han tomado partido en favor de una de las partes en juicio, han hecho llamados públicos para que los aficionados se manifiesten en favor del club León, al que nadie ataca; piden que los dueños de palcos y plateas soliciten amparos cuando a ellos nadie les reclama nada. Sus actos constituyen un llamado a la anarquía”.
Y concluía: “¿no tienen las autoridades locales confianza en la honestidad y preparación de los jueces federales? Deberían tenerla y si conocen que pueden incumplir su obligación y que sean parciales, denunciarlo con claridad”.
Ese día, a un año y medio de dejar el poder, la autoridad estatal con Miguel Márquez a la cabeza la emprendía contra los jueces y alentaba el milagro de lograr un fallo favorable. Vendía esperanza simple y llanamente.
Porque ellos sabían que el estadio estaba perdido. Miguel Márquez hablaba de “un robo en despoblado” y se preparaba para el discurso de que la autoridad que él representaba, era víctima y no corresponsable.
Por eso alentó la posibilidad de que pudiera haber un nuevo estadio y se sacó de la manga lo del préstamo y el predio que finalmente naufragaron.
Diego Sinhue sabía que la propiedad del estadio ya estaba sentenciada y que sería para Zermeño.
Los que estaban de responsables cuando los juicios se perdieron siguen ahora en el gobierno como el caso de Felipe de Jesús López Gómez exsecretario del Ayuntamiento quien ahí sigue, con su eterno jefe, Héctor López Santillana.